Aposté conmigo mismo y perdí. Llevo más de dos décadas viendo a Elliott Murphy casi todos los años. Invariablemente viene a España estrenando un disco -en este caso “Come Home Again”-, vestido de blanco o negro, con un sombrero o con una gorra. Pero al hermosísimo Torreón de Lozoya llegó con pañuelo de pirata a la cabeza, chaleco negro y camisa blanca. La intensidad fue la misma de siempre.
El público distaba mucho de ser la forofa y encendida parroquia que acudía en Madrid al dolorosamente aniquilado Suristán. Elliott cautivó al respetable segoviano. Irónico y verídico, ante el impresionante patio renacentista con sus medallones, esgrafiados en candelieri y su cuidada vegetación, Elliott dijo: “Seguro que aquí había conciertos antes de la electricidad”. Y explicó haber conocido al pintor segoviano Esteban Vicente en Long Island. Al ir al baño, el recinto ofrecía la posibilidad de disfrutar un buena parte de la bella exposición de cerámicas del pintor Zuloaga.
Comenzó con ese guitarrero ambiente crepuscular y deudor del Dylan de “Pat Garret and Billy The Kid”, desgranando “Making Friends With The Death”, canción de corazón malamente herido: “La locura del amor verdadero no siempre tiene sentido”. Ya desde el primer momento se puso de manifiesto la total compenetración con el formidable guitarrista francés Olivier Durand, fiel compañero de correrías en los largos y saludables últimos tiempos.
En todo el repertorio de Elliott Murphy hay destellos de las estrellas del rock de autor de su época. Su estilo es un aglutinante. Murphy no es artista de masas, pero sí un triunfador de los mil y un garitos. Un tipo cautivador e inteligente que ha sabido encontrar su hueco como “estrella de bolsillo”.
En “On Elvis Presley´s Birthday” explicó que su padre murió el día del cumpleaños de Elvis. Sus ojos miraban soñadores hacia el cielo. Hizo su lluviosa travesía del desierto con “40 Days and 40 Nights”. Sobre James Brown, voló con este recuerdo: "Se "colocó" para arriba, más alto de lo que esparaba llegar".
Bellas canciones del último disco: “Pneumonia Alley”, “Canaries In Mind”, “A Touch of Kindness”… Lo esencial es alcanzar el clímax para el guateque final. Lo prepara el añejo “Terraplane Blues”, las bromas con alabanza en castellano a la tortilla de patatas, la ensalada de temazos “L.A. Woman”, “Baby Please Don´t Go”, “I´m A Mojo Working”, “Gloria”… Enloquecido interpretando “Drive All Night”, Elliott celebró una ceremonia insaciable.
Elliott Murphy and the Rainy Seasons: Elliott Murphy, voz, guitarra y armónica; Olivier Durand, guitarra: Laurent Pardo, bajo; Alan Fratas, batería. Lugar: Torreón de Lozoya, Segovia. 17 de Agosto de 2007.
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