martes, 30 de octubre de 2007

desafío intelectual. Anthony Braxton



No cree Anthony Braxton (Chicago, 1945) que su música sea jazz. Tiene razón, más bien es música contemporánea. Arte y ensayo de un evadido del jazz. Tiene las virtudes de la vanguardia y los inconvenientes del acceso difícil. Braxton fue miembro de la AACM (Association for the Advancement of Creative Musicians), suerte de cooperativa surgida en Chicago a mitad de los años 60. En los más diversos sentidos, pedagógicos y profesionales, iba un poco más allá del free jazz. Ese espíritu pervive en este músico radical que, con su “Diamond Curtain Wall Trio”, abrió el XXVI Festival de Jazz San Juan Evangelista.

Desarrollando una incesante y rigurosa filosofía, la música de Anthony Braxton está emparentada tanto con compositores de la clásica contemporánea -Schöenberg, Xenakis, John Cage o Stockhausen- como con jazzistas egregios – Charlie Parker, Ornette Coleman, Eric Dolphy o Cecil Taylor-. Composición e improvisación forman un todo que invita a una escucha exigente. En su concierto madrileño Braxton estuvo acompañado por la trompeta y las cornetas de Taylor Ho Bynum y la guitarra eléctrica de Mary Halvorson. Junto con la colección de saxos de Anthony, el cuarto instrumento fue un ordenador que integraba el complejo discurso sonoro.

Música impredecible, melodías mínimas, silencios elocuentes y ritmos intuidos. Furia y cerebro, melancolía y desasosiego. El concierto duró lo que tardó un gigantesco reloj de arena en vaciarse: 60 minutos. Durante esa hora hay que enfrentarse con un duro diálogo a tres bandas. Este jeroglífico intelectual y espiritual a ratos atrapa, en otros momentos invita a la huida. Este trío es uno de los formatos de Anthony Braxton, que en su apretada vida creativa ha jugado con muchos otros. El año pasado estrenaba en México un concierto para cien tubas. Eso si que es soplar.

Publicado en Público.

sábado, 27 de octubre de 2007

funky torrencial. maceo parker



MACEO PARKER
“Roots & Grooves”
(Intuition/Indigo)

La energía torrencial del funky clásico queda salvaguardada en las grabaciones de Maceo Parker. Desde que su saxo alto se independizara en los años 90, tras ser jefe de fila en la sección de vientos de James Brown, Maceo ha experimentado con el funky en diversos formatos. Un músico siempre enorme, ya sea con sus viejos compañeros de J.B.s Horns –Pee Wee Ellis y Fred Wesley- o sacudiéndose con el electro-funk de Prince. Este doble álbum en vivo ha sido grabado con la big band europea del momento, la WDR Big Band Cologne, dirigida por Michael Abene. “Roots”, el primer disco, es un homenaje a Ray Charles, donde Maceo exhibe su magnifica voz en demoledores temas del maestro del soul-jazz como “Hit The Road Jack”, “Georgia On My Mind” o “What´d I Say”.

En cuanto al funky, el segundo álbum “Back To Funk”, es de lo mejor que hemos escuchado en muchos años. Excelentes composiciones de Maceo y una larga y atronadora recreación de “Pass The Peas”, un clásico del Padrino del Soul. Maquinaria de precisión y solistas implacables, la WDR Big Band se eleva sobre la sección rítmica de dos históricos acorazados del soul-funk afronorteamericano: el bajista Rodney “Skeet” Curtis y el baterista Dennis Chambers.

EL ARTISTA
Maceo Parker nació en Kinston, Carolina del Norte, en 1943. Fue estrella en la sección de vientos de James Brown. Su prestigio como solista le ha llevado también a ser instrumentista de lujo en las bandas de George Clinton, Prince y Van Morrison. Su estilo con el saxo alto es heredero de King Curtis, estrella del rhythm and blues pionero. Su carrera solista es ejemplar, destacando como cantante, instrumentista y compositor.

"House" goza de buena salud. Massive Attack


La noche temática con “House” ha sido una buena jugada. El pasado jueves Cuatro batió récords de audiencia. Los tres millones y pico de espectadores (17,7% de share) que se engancharon al primer capítulo de la cuarta temporada, “Solo”, tendrán que aguantarse el mono. Los siguientes episodios de la serie no llegarán inmediatamente. La velada con el médico más borde de la televisión se completó con dos capítulos viejos pero premiados. Un poco caótico todo. En medio de aquel fantasmagórico relato de la operación de House, una aparición fantástica: la vigilante de la playa Carmen Electra con un problemita en la rodilla. Este penúltimo capítulo, “Tres historias”, de primera la temporada, se llevó el Globo de Oro 2005.

La serie requiere cambios. La planilla de los guiones se está quedando demasiado ortopédica. Hay que dar más juego a los personajes. “Solo” no permitió entrever por dónde van a ir los tiros. House se ha quedado sin equipo, sin blanco para sus hirientes frases y otras crueldades. No teniendo con quien meterse, los guionistas colocaron al principio un chiste recurrente. Nos hemos tragado diagnósticos y diagnósticos escuchando a House sentenciar. “Sea lo que sea, no es lupus”. Pues bien, en el papel de los ausentes Cameron, Foreman y Chase, un empleado de la limpieza fue elevado al rango de doctor Proper. Y este atolondrado Dr. Proper, ya que su abuela había padecido lupus, si fue autorizado a realizar las pruebas de la dichosa enfermedad.

Hay que pasar de entender los galimatías médicos, como en otras series hay que pasar de la jerga de los abogados o del laberinto de las pruebas policiales. Pero de lo que no puede pasar House es de tener un equipo. Volverán Cameron, Foreman y Chase, pero volverán en otros puestos y con la compañía necesaria. El individualismo del héroe ganador ya no es comprensible sin una tropa alrededor. Por muy a la contra que vaya House, necesita a sus chicos. Los guionistas también, o se encontrarán al galeno cojo dándose la brasa a sí mismo todo el rato. Y las soluciones se resentirían.

“Solo” se resolvió con un torpe artificio. El caso de la señora cuyos síntomas no se correspondían con su historia clínica quedó zanjado con la treta de que la paciente era una señora equivocada. Sólo les faltó salir con que todo había sido un sueño. House no se cansa de repetir que todo el mundo miente. Sus guionistas no deben darle la razón tan burdamente.

El atractivo de House está en que saque los pies del tiesto para salirse con la suya. Es un miserable que se redime porque nunca da su brazo a torcer. Sus ocurrencias son maldades, maldades muy ocurrentes. Tiene una pasta especial de heroico granuja, de genio tocapelotas. Colgado de la vicodina, la vicodina no le afecta al cerebro. Un prodigio farmaceútico.

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viernes, 26 de octubre de 2007

bob dylan. años de jubileo



Los primeros años del siglo XXI están siendo todo un jubileo para Bob Dylan. Está vivito y coleando, pero está casi tan de cuerpo presente como Elvis. Se reeditan sus discos piratas como álbumes históricos. Se suceden los recopilatorios. Se restauran documentales míticos. Martin Scorsese, en el laureado documental “No Direction Home”, entrevista al enemigo de las entrevistas. Dylan recibe el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2007.

Anteriormente, en 1990, fue nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia. La Real Academia Sueca de la Música, en 2000, le otorgó el Premio de la Música Polar. Ese mismo año fue bendecida con el Oscar su canción “Things Have Changed”. Seis actores y actrices encarnarán al bardo de Minesotta en el film “I´m Not There”. Los conciertos se agolpan al galope. Dylan sigue poseído por la fiebre de la línea blanca.

La mejor manera de asegurarse que Dylan acudirá a donde sea es programarle un concierto. Así debieron entenderlo el pasado mes de septiembre en esa sinagoga de Atlanta, donde el controvertido Bob fue a celebrar el Yom Kipur. Cubierto como es debido con el talit, Dylan rezó Kol Nidrei, oración utilizada por los judíos para abjurar en hebreo de la conversión forzosa al cristianismo. Ocurrió un día antes de realizar un bolo con su banda en la misma ciudad.

Mr. Tambourine Man no tuvo problemas en cantar “Like A Rolling Stone”, en 1997, para Juan Pablo II. Las televisiones de todo el mundo retransmitieron la ceremonia. Pero esta actuación del profeta a pie de Papa no le gustó al futuro Benedicto XVI, quien en sus memorias, señala que trató de impedirla. Ya en sus años mozos, Dylan aseguró que le hubiera gustado ser como Charles Chaplin, para actuar sin tener que dar explicaciones.

En 1970 un sector de sus seguidores se sintió incómodo porque le nombraran doctor honoris causa de una universidad norteamericana. El profeta contracultural, en respuesta, escribió la canción “Day of the Locusts”: “Oh, los bancos estaban manchados de lágrimas y sudor./ Los pajarillos volaban de árbol en árbol./ Había poco que decir, no había conversación ninguna/ Mientras subía al estrado a recoger mi diploma./ Y las langostas cantaron a lo lejos,/ Las langostas cantaron una dulcísima melodía./ Oh, las langostas cantaron a lo lejos/ Las langostas cantaron y lo hicieron por mí”. Y más adelante, añade: “Estaba verdaderamente contento de haber salido vivo de allí”.

Dylan no le ha temido al que dirán. Sus trofeos más logrados le han llegado dejando a sus traicionados seguidores con dos palmos de narices. Hay que ser un descarado absoluto para presentarse en el concilio folk de Nerwport haciendo sonar la guitarra eléctrica. Y hay saber muy bien lo que se dice para acertar rápidamente con la respuesta en pleno concierto. Si tú me dices: “Judas”, yo te digo: “Eres un mentiroso. No te creo”. Está grabado, tal cual.

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Ultima parada: el rodante Bob anuncia el cochazo de los cochazos, un Cadillac

jueves, 18 de octubre de 2007

"El laberinto de la memoria". Felipe González, hagiografía caótica y sin piedad



Los caminos del éxito son inescrutables. Lo que a unos nos produce sopor, a otros les satisface. Volvió María Teresa Campos a Telecinco, a sus noches, con “El laberinto de la memoria” (19,8% share / 1.205.000 espectadores). “Que no quiero retirarme”, dijo. Que raro este “mono” del medio que sienten algunas criaturas televisivas. En otras profesiones, la gente se retira y se dedica a sus cosas. Pasa a un segundo plano el deseo de hacer patria. Le ha pasado a Felipe González, que parecía que España iba a estrellarse huérfana de su liderato, y mira, andaba el hombre tallando sus piedras, cuando vuelve a verse convertido en estrella de la tele.

La Campos llevaba un aparatoso abalorio colgando del cuello. Se lo regalaron sus compañeros de programa cuando dejó Telecinco haciendo donaires. Es una obra tallada por las manos de Glez. Las mismas manos que defendieron el Estado de las cloacas. Pero a lo que íbamos: metidos en el laberinto, da lo mismo blanco que tinto. En la careta del programa, imágenes de areniscas y poético ensamblaje de estas frases atrabiliarias: “Viva el Rey. Viva España. Te pego leche. España va bien”. El reportaje inicial sobre Felipe González fue bastante caprichoso, buscando inspiración en el caos. ¿A qué vendría eso de sacar a Félix Rodríguez de la Fuente con los bichos de “El hombre y la tierra”? Lo fundamental, como toda mirada a nuestra historia reciente, es santificar la transición. Hay que tragarse este cuento como sea, porque si no viene el “coco” del 23-F.

El formato de “El laberinto de la memoria” tiene dos audacias. La primera es hacer un “Esta es su vida” sin invitar al protagonista de la fotonovela. La segunda es hacer un “Hormigas blancas” sin sacar los trapos sucios del “figura” al que se le está pasando la mano por el lomo. Resulta que en aquel congreso del PSOE en Suresnes, Nicolás Redondo le dijo a Felipe, ponte tú de secretario general, que yo no quiero. Y coló.

Lo realmente peculiar de este reportaje es que, siendo tan largo, en ningún momento fuera riguroso. Le faltó sentido de la medida y del ritmo, del ridículo y de la piedad. Se metieron a capón escenas de la bandera porque ahora está de moda el “banderazo”, reproches a Suárez de la negociación con ETA porque esta secular tabarra siempre vende. Sobre banderología, José Oneto, en el inevitable coloquio, contó que en un mitin en Cáceres, Pablo Castellanos, poco amigo de Felipe, “contrató a unos gitanos para que llevaran banderas republicanas”.

De un gusto urticante, sumamente insultante para Carmen Romero, fue que cada vez que salían imágenes suyas, fueran amenizadas con sofocantes arpegios de piano, estupefacientes trinos de guitarra española. Carmen Romero, ni en su actividad política, ni en su vida privada, quiso ser florero. Esa arrogancia fue enmendada por el laberíntico tostón.

Las fuentes documentales sobre el lado humano del personaje fueron absolutamente fiables. Nada más y nada menos que las revistas “Chiss”, “Doña” o “Sal y Pimienta”. A los miembros del coloquio, les hizo mucha gracia que a Felipe le preguntaran si tenía piojos y caspa. Ellos, por su parte, cerraron el debate hablando de ladillas. Esto vende. Daban unas pasadísimas dos y tantas de la mañana. El enloquecido protagonista de “La Naranja Mecánica” no lo pasó tan mal con aquellos hierros que le impedían cerrar los ojos. Yo lo viví así.

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domingo, 14 de octubre de 2007

ANNIE LENNOX. "Songs Of Mass Destruction"



Siempre estupenda la voz de Annie Lennox, con esa especial cualidad para moverse en las aguas del soul. Hay dos momentos cumbres en “Songs Of The Mass Destruction”. Por el lado de la energía, la canción “Ghost In My Machine”, que recuerda aquel poderoso dueto “eurythmico” con Aretha Franklin, cuando las chicas se lo montaban solas. El otro es “Lost”, una elegante balada. El álbum va sobrado de coros, llevándose la palma “Sing”, con 23 vocalistas femeninas entre las que se cuentan Maddona, Bonnie Raitt, Celine Dion, K.D. Lang, Angelique Kidjo… Se trata de un tema de apoyo a la Fundación Nelson Mandela 46664 y a Treatment Action Campaign (TAC), organizaciones que luchan a favor de los derechos humanos, la educación y la salud de los afectados por el VIH.

En los discos en solitario de Annie se echa de menos la producción a la medida de su antiguo compañero Dave A. Stewart. Estas canciones de destrucción masiva atacan con la producción de Glen Ballard, un tipo centrado más bien el “mainstream” y con un gusto singular por el marasmo. Coros y arreglos sobrecargados hacen que este disco esté salpicado por un oleaje marasmático.

Annie Lennox
Nacida en Aberdeen, Escocia, en 1954, Annie se hizo un lugar en new wave británica en 1977, cuando formó pareja con Dave A. Stewart al frente del grupo de rock The Tourist. El estrellato le llegó con la nueva formación de tecno pop omnímodo Eurythmics. Independizada de tan señero grupo y de su compañero Dave, la dama rubia estrenó su carrera en solitario con “Diva” (1992). Premios: Oscar, Brit Awards y Golden Globe.

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sábado, 13 de octubre de 2007

Shark, un diablo de abogado




“La verdad es relativa”, afirma el fiscal Sebastián Stark. Este dogma también es relativo, porque si la verdad sale a cuenta para ganar un juicio, se utiliza sin problemas y con alegría. La serie “Shark”, de La Sexta y Fox, sigue los pasos de “House”. Su protagonista es un tipo pagado de sí mismo, un fiscal políticamente incorrecto. Hace con la ley un sayo a la medida. Shark (Tiburón) tiene un pasado tan poco edificante como su presente. Defendió a los malos y fue abogado del diablo. Ahora acusa a los malos. Es un diablo de abogado. Lo suyo es jugar sucio. Regla número uno: “Un juicio es la guerra". Regla número dos: “Perder es la muerte”.

Existen, en la jerga de Shark, todo tipo de corolarios a este par de axiomas. “Los juicios con jurado se ganan antes de entrar en la sala”, que justifica manipular las pruebas, “En los juicios con jurado, la popularidad es la clave”, que permite manipular a los miembros del jurado. Más de lo mismo: “Es mejor sobornar al jurado antes que dejar que delibere”. Por aquí todo bien, pero los guionistas tienen que eliminar –si fuera físicamente, mejor- un punto torrefacto: la hija de Shark. Las relaciones de este duro fiscal –tan simpático cuando suelta: “Soy un déspota; y sin embargo, humilde” – con su niñita de 18 años son un tueste.

Papa y la niña hacen los deberes juntos. En el último capítulo, el guión llegó al extremo insoportable de que el caso a juzgar era el asesinato de una compañera de colegio de la muchachita. Una trama abiertamente grimosa. Para disfrutar la serie sin las moscas del tenemos corazoncito, hay que concentrarse en el personaje arrogante y trampullas de Shark. Hay que mejorar, empeorándolas, las relaciones con su equipo. El calco de “House” es evidente. El rubito que se tira a la compañera en la escena del crimen, es un calco del “hausiano” Chase: la misma cara de niño bien, las misma boquita, la misma sonrisita… Este guiño puede sacarte un ojo.

A Shark y a los guionistas les gustan las frases. Algunas van a coro. El equipo, poniendo un cercano toque de zarzuela, canta: “¡Es un genio!”. Y Shark remata: “¡Qué le voy a hacer!”. El fiscal anima a sus chicos: “Si os habéis fumado algo, yo quiero”. A Shark le gusta la buena vida, los trajes caros, el buen vino, las prostitutas y los Rolling Stones. Le disgusta el jazz fusión, Un tipo sensato. Divorciado de su mujer y huérfano de abuela, el terror de los juzgados se juzga a sí mismo: “Esos aplausos me sonrojarían si no fuesen merecidos”.


El bien y el mal, según Shark

Adictos a las frases son Gil Grissom, el csi de las sentencias filosóficas y poéticas, y Gregory House, el médico borde que fulmina a todo cristo. El fiscal Sebastián Stark, alias “Shark”, tiene un cuelgue parecido.

“Ahora trabajo para los buenos. Los tiempos cambian”

“O voy por las buenas o voy por las malas”

“En otras circunstancias reuniríais pruebas y yo crucificaría al malo”

“Intentar que yo haga yoga es como intentar que Satán medite”

“A mí también me gusta engañarme a mi mismo”.

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miércoles, 10 de octubre de 2007

Los Tigres del Norte: "Venimos de Oaxaca y las cosas allí están mal, muy mal"


Jefes de jefes, voz del pueblo, Los Tigres del Norte comienzan hoy su gira por España. Son los reyes de la música norteña. Junto a narcocorridos tan famosos como Contrabando y traición o La Banda del Carro Rojo, este grupo mexicano interpreta canciones de amor e historias costumbristas y sociales. Detalles y Emociones es su último disco, donde tratan el tema de la inmigración. En su búsqueda de puentes entre pueblos, la canción El muro une la frontera mexicana con las alambradas de Ceuta y Melilla.

Más de tres décadas llevan Los Tigres del Norte poniéndole música a letras que muerden en la dura realidad. Música romántica, festiva o de denuncia, que ha recibido varios premios Grammy. Los hermanos Hernández, con la voz, acordeón y dirección de Jorge, empezaron cantando en los restaurantes de Rosa Morada, estado de Sinaloa. Y después, conociendo de primera mano el drama de la emigración, se instalaron en San José, California. Sus conciertos en nuestro país comienzan hoy en Elizondo, Navarra. Y continúan el 12 en Lugo, el 13 en Barcelona, el 14 en Bilbao y el 15 en Madrid.

¿Han dejado a un lado la temática del narcocorrido?
Este disco es algo más variado, diferente. Hay nada más una historia, La huella del Alacrán, que es un personaje que existe en México, que distribuía varias toneladas de droga y no dejaba huellas. En los demás tratamos de cantar historias de diferentes tipos. Hacemos historias de otros estados de México, para que nos conozcan en ellos, y en toda América Central. Somos de sangre caliente, mezcla de
diferentes razas, la del pirata valiente, indio y español.

Cuando, en los primeros años 70, empezaron a cantar ‘Contrabando y traición’ o ‘La banda del Carro Rojo’, ¿pensaron que iban a calar tan hondo en el público?
Fue una sorpresa para nosotros. Esos personajes estaban ahí, en nuestro estado, Sinaloa. De niños, oíamos historias de familias: que los Félix, que los Quintero… Preguntábamos, ¿quiénes son? Cuando ya crecimos, empezamos a cantar historias de personajes que tampoco conocíamos, pero que en nuestro rancho se mencionaban. Entonces relacionábamos. Nos dimos cuenta de que eran queridos por nuestra gente. Al hacer Contrabando y traición vimos la fuerza tan grande que tenía eso, que ya era tan popular antes de que nosotros lo grabáramos. A todo el mundo le gustaba, pero nadie hacía esas historias con nuestro estilo.

¿Con qué se identifica el público de los narcocorridos?
El público quiere saber qué es lo bueno y qué es lo malo. La incógnita es cómo interpreta cada cual esas ideas. Nosotros cantamos las canciones como el que cuenta una película. La nueva juventud ve ese desafío que los personajes tienen. Uno se pone a pensar en el valor de esta gente para meterse de lleno en el narcotráfico, que lo hacen como el que estudia una carrera de ingeniero agrónomo. Lo hacen tan normal… La nueva juventud quiere dinero rápido, no perder tiempo. Esas facilidades las da el narcotráfico. La juventud se informa. Los Tigres del Norte estamos comunicados con todos los sectores de la sociedad. La raza, que le decimos, es nuestra gente. Somos narradores, intérpretes. Decimos una historia tal y cómo sucede. Nos tienen cariño por algún motivo.

¿Ustedes están involucrados, han tenido problemas?
No. Los grupos que se involucran con los personajes tienen problemas o muertes… Si te portas mal…


¿Están a favor de la legalización de las drogas?
Tenemos entendido que en algún país en el que las drogas son legales no hay problemas. Si hubiera un control, como las farmacias… Pero habría que tener cuidado con los jóvenes.

¿Cuándo empezaron a tratar el tema de la inmigración?
Al llegar a San José, California, en 1968. En Estados Unidos vimos la problemática del mojado, cómo era su existencia. Hicimos Vivan los mojados. En 2006, después de tantos años, tratamos de ayudar apoyando el evento The Great American Boicot (A Day Without Inmigrants) –El gran boicot americano (un día sin inmigrantes)–. 12.000.000 de personas estaban en la oscuridad. Estados Unidos tuvo que enterarse de la realidad de los sin papeles. Los alcaldes de EE UU llaman a la policía para que pida los documentos, para que deporten a los sin papeles. Nosotros participamos en las marchas.

Su canción ‘El muro’ es una llamada de atención a los gobiernos sobre los ‘mojados’ que cruzan la frontera de Estados Unidos, sobre las pateras que vienen a Europa. ¿Es también una historia de buenos y malos?
Está clara la canción. Nosotros, cantando, no vamos a solucionar nada. Pero si los gobiernos quisieran, sí. Estados Unidos ha puesto un gobierno militar en la frontera y las estadísticas dicen que ahora pasa más gente. ¿Por qué están haciendo todo esto? Algún motivo tendrán. La gente debe ser informada correctamente.

¿Las últimas elecciones en México han sido distintas?
Sí, bastante distintas. Nunca, en nuestro país, había habido una controversia tan fuerte entre dos partidos. El PRD tomó una actitud bastante fuerte y desequilibrante para sus propios seguidores. Debería haber otra forma de protesta que cerrar las calles de nuestra México D.F. Nos tocó ver nuestra ciudad muy deteriorada, insana, con tantos problemas que hubo ahí. Debería haber diálogo. Todos los partidos, al final, van a tener que trabajar juntos. Se habla de muchos manejos que hicieron en todos los lados. Como ciudadanos, tomamos la actitud de no hacer comentarios. La incógnita sigue. López Obrador sigue en sus trece. En las partes donde gobierna el PRD pone más difícil hacer negocios, más impuestos.

¿Es peligroso en México ser periodista?
Bastante. Hay violencia a la hora de informar de política, narcotráfico, inmigración. En una semana, después de que agarraron a La Reina del Pacífico, hubo 51 ejecuciones. Venimos de Oaxaca, y las cosas allí están mal, muy mal.

¿La canción mexicana está asociada a la violencia y los amores bravos?
Allá el amor hay que respetarlo. Si usted se enamora de una mexicana y le juega traición, lo tiene crudo. Hay una canción, El Leon Guanajuato, que dice que la vida no vale nada. Nuestros antepasados nos dejaron legados muy grandes. Los mexicanos nos tomamos muy en serio estas cosas.

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sábado, 6 de octubre de 2007

"Desaparecida", sin morbo ni carnaza



Encontrada una niña bonita: “Desaparecida”. No siempre se respeta el presunto honor de las audiencias. Esta nueva serie de TVE-1 sí lo hace, y con éxito. Sin morbo ni carnaza. Pulcritud y respeto al respetable. Punto de partida: Patricia Marcos (Beatriz Ayuso) se va de marcha a una disco, discute con su ligue y desaparece en un desangelado polígono industrial. Los padres (Carlos Hipólito y Luisa Martín), toda la familia, se preocupan. Preguntan a los amigos, llaman a los hospitales. Nada. Acuden a la policía. Hay que tener paciencia. Aparece el monstruo de la culpabilidad.

Por una vez, ojalá sirva de precedente, la ficción está por encima de la realidad. Los Marcos no son los McCann. No se les ocurre que lo primero que haya que hacer es llamar a una cadena de televisión y empezar a largar por sus boquitas. Están traumatizados, tan afligidos por su drama que no tienen tiempo, ni ganas, de hacerse los dueños de la pista, de montar el circo. Víctimas sin estrategia mediática.

La factoría Grupo Ganga crece. La productora de “Cuéntame cómo pasó” hila fino, templa gaitas. La pasta se ha invertido en cosas interesantes: actores excelentes, bien escogidos y dirigidos, buen guión, ambientación creíble, tratamiento esmerado de la imagen, tensión y verismo narrativo, cierto humor ante el horror… Miguel Angel Bernadeau, productor ejecutivo de “Desaparecida”, vuelve a dar en el clavo. ¿Se convertirá, con perdón, en el Jerry Bruckheimer español?

El teniente Sierra (Miguel Angel Solá) es un policía circunspecto. Sobre su sospechoso acento argentino, afirma: “Llevo veintisiete años sin hablar cristiano, una malformación del paladar”. Un tipo listo. La Guardia Civil tiene el insospechado acierto de parecer creíble, y eso que nuestros “picoletos” de las calles y carreteras resultan a todas luces increíbles.

Impagables los vecinos cuando salen por la tele. Un señor, que no sabe nada, dice que Patricia es una chica muy normal. Una señora, insidiosa y cotilla, que tampoco sabe nada, dice: “Los jóvenes, ya se sabe”. En el supermercado cotorrean: “No digo que sea mala, un poquito despendolada”. Los telediarios y programas del corazón podrían tirar de estas secuencias vecinales de “Desaparecida”. Son modélicas. En casos parecidos, sólo tienen que ponerlas. Los actores, por lo menos, son inteligibles. Las televisiones podrían utilizar sus equipos en otras faenas. Se ahorrarían un tiempo precioso, un dinerito. Que en el primer capítulo no haya salido Paco Lobatón es una señal alentadora.


Filtraciones

Esquina de un polígono industrial. Miguel Angel Bernadeau realiza esta filtración.
-Su secreto, jefe.
-El trabajo duro. Estar rodeado de grandes actores y buenas ideas.
-Sin morbo ni carnaza.
- Hay 14.000 desaparecidos. Es un tema jodido. No vamos a maltratar una historia tan difícil
-Drama policial antes que thriller.
-Drama e investigación. Mucho contacto con la policía y las familias. Todo está muy documentado. Al ver la serie tienes la impresión de ver todas estas cosas tan reales.
-Se sabe algo del sumario.
-Sabremos dónde está Patricia antes de Navidad.
-Por ahí le llaman el Bruckheimer español.
-Muchas gracias. No me disgustaría, pero no soy un genio. Hay un equipo muy bueno, un saber rodearme bien.

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jueves, 4 de octubre de 2007

ZP, ni se calla, ni se enfada













Gran matiné: ZP versus AR. En una esquina, “El Presi”, con tremendo nudo de corbata y sonrisa permanente. Enfrente, “La Quintana”, tacones de gobernanta y gafas de burócrata espacial. No se trabaron en “clinch”. ZP tiene los brazos muy largos. La nena no pudo ni acercarse. Y sin fricción, los programas del corazón languidecen.

Zapatero estuvo suelto y relajado ante una Ana Rosa nada dispuesta a buscarle las cosquillas. “En este programa hablamos de manera que lo entienda todo el mundo”, anunció Ana Rosa. Y a continuación le pidió al presidente que hiciera lo propio. Servidor se temía lo peor porque, la verdad, no suelo entender nada de lo dicen en el programa de esta mujer. El caso es que Zapatero se puso torrefacto en los temas pesados. A saber: la economía y sus tantos por ciento, la ardiente defensa de las instituciones. En medio del fragor porcentual, la cámara enfocó a AR, que estaba dando rítmicas cabezadas de asentimiento, como aquellos perritos que habitaban en la luneta trasera de los coches.

Zapatero, talantino

Metido en faenas más personales, Zapatero se lució por “talantinas”. Aupado en el dichoso talante, explicó que él no le echa una bronca a nadie, que se lleva bien con el personal y que tiene la firme convicción de que, en general, “to er mundo e güeno”. En el terreno de las bromas, estuvo ágil y cercano. Calificó de leyenda urbana sus supuestos rifirrafes con Bush; se llevó las manos a la cabeza con una carcajada sorda al ser invitado a un café de 75 céntimos; y, sobre todo, estuvo “salao” contando una anécdota aznarita. Ahí va: en la reciente final de baloncesto corrió la especie de que llegaba el Príncipe. Inmediatamente se organizó el pelotón del besamanos, presidido por ZP. Cuando llegó el coche oficial, en vez de don Felipe, salió don José María. ¡Glups! Zapa –a lo hecho, pecho- se tomó la guasa a coña. Definió el imprevisto como un acto fallido con mucha miga.

Hallazgo verbal de ZP: el “loqueismo”. Así como alcanzaron fama la “sinacritud” y el “porconsiguiente” de Felipe González, y los “mirusted” de Aznar, Zapatero enmarca todas sus actuaciones localizándolas espacialmente en el ámbito de “lo que es esto, o lo que es lo otro”. Ha creado escuela.

martes, 2 de octubre de 2007

Geometría existencial. Franco Battiato


Lo que tiene Franco Battiato es envidiable: un centro de gravedad permanente. La mayoría nos conformaríamos con tener algún centro de gravedad en algún momento. El cantautor siciliano, anclado y tomando al mismo tiempo distancias del rock y la música clásica, utiliza en su último espectáculo una geometría musical similar a la de su reciente disco “Il vuoto”: el piano de cola de Carlo Guaiatoli, un joven trío guitarrero de chicos del rock, MSC, y un cuarteto en igual sintonía de “ragazzas”, MAB. La orquesta sinfónica de la grabación ha sido sustituida por unos teclados eficacísimos y más manejables. Sorprende que las variaciones y permutaciones de estos elementos resulten coherentes, de una modernidad excéntrica y creadora de su propio tiempo y espacio.

Un público intergeneracional y entusiasta acudió a la cita madrileña. Battiato, con sus juegos malabares de palabras, con esa música que es un surtidor de originalidad, ofició de encantador de sensibilidades. Todo empezó con la intimidad del piano de cola de Guaiatoli y Battiato, esa estampa de matemático lúcido y algo pirado, simpático príncipe de las pizarras, entonando las melancolías de “L´addio”. Una canción, “Il carmelo di Echt”, en recuerdo de una joven arrastrada por la barbarie nazi al campo de Auschwitz. Matizó que interpretaba un “lied” de J. S. Bach, “Bist du beir mir”, desde su particular posición en la canción ligera. A modo de guías espirituales, Franco hizo un par de excelentes versiones: “La canzone dei vecchi amanti” (J. Brel) y “Ruby tuesday” (Rolling Stones). Del último álbum, la que le da título y “Tiepido Aprile”, “Aceptando l´estate” y la de su nueva película “Niente è como sembra”. En tono tierno, con algo de esperanza y muy cabreada, la filípica contra gobernantes estúpidos y corruptos de “Povera patria”.

Battiato construye historias complejas, que integran una enorme cultura sin perder la accesibilidad. Imposibles acoplamientos de sustantivos y adjetivos, sean la mecánica celeste o los jesuitas euclidianos. Le prometió a la amada, en “La cura”, remedio para sus obsesiones y sus manías. ¿Quién tuviera semejante pócima! Subidón emocional con Battiato cantado en castellano sus canciones más populares, de “Perspectiva Newski” a “E ti te vengo a cercare”. Un fiestón de bises. Explosión anímica en “Cucurrucucú paloma”. Pequeña y humorística encilopedia crítica de la música moderna. El público desatado, alegre y bailarín.

Franco Battiato. Lugar: Palacio Municipal de Congresos de Madrid.

lunes, 1 de octubre de 2007

Savater y doña Rosa. Scorpions




Rosa Díez y Fernando Savater tan contentos a formar su nuevo partido Unión, Progreso y Democracia.

Utilizaron como sintonía de su presentación en sociedad "Wind of Change", balada moñoña de Scorpions.


O te cagas, o te cagas.

Pasen, vean y escuchen la propuesta.

Los McCann. Iggy Pop










Hasta hace una semana la cosa era así.





Salen de casa, entran en casa. Acarrean niños y mochilas. Suben a un coche, bajan de un coche. No miran de frente. Son los McCann. Esta secuencia de imágenes se repite hasta la saciedad por televisión. Ha sido la noticia del verano y coleará durante bastante rato. Madeleine aparecerá viva o muerta, o no aparecerá. La noticia continuará. No hay nada reseñable de que informar. Pero los informativos informan puntualmente de que estamos como estábamos. Que si ha aparecido un pelo, sangre, restos orgánicos de alguien vivo o muerto. Opinan forenses, sicólogos, psiquiatras, famosos, tertulianos, gente del montón. De los programas del corazón a “Informe Semanal”. Los de “Gran Hermano” no han opinado. Quizá sea un tema demasiado abstracto. Lo primero que se afirma es que no se va hacer un juicio paralelo. Se hace. La sombra de la sospecha azota a los McCann.

Fueron a ver al Papa. Unos dicen que a pedir perdón, otros que a suplicar un milagro. Lo más lógico habría sido consultar a Gil Grissom, o a sus guionistas. Lo importante es que no decaiga el circo mediático. Y para eso lo más conveniente es seguir las reglas del culebrón: repetir y repetir lo mismo con ligeras variaciones o ninguna. Ya debió ser así, pero sin tele y por la radio, cuando el secuestro del hijo de Linbergh, allá por los agitados años 30 del siglo pasado. Las claves de la mecánica de cómo sacar partido a un suceso fueron expuestas por Stanley Kubrick en su magistral y corrosiva película “El Gran Carnaval”. Los periodistas oliendo a muerto, como los perros de la cadaverina.

Los McCann han cambiado levemente de estrategia comunicativa. Ahora van cogidos de la mano, sin niños. Siguen sin mirar de frente. Hasta el ministro Pérez Rubalcaba se entrevistó con el hierático matrimonio. Dice nuestro ministro del Interior que el marido estuvo correcto, la mujer no abrió la boca. El magnate y aventurero Richard Branson si abre la boca y el bolsillo, apoya a los McCann y suelta la pasta. Los Mc Cann tienen amigos ricos y famosos, los utilizan. Todos se utilizan. Los padres de Madeleine fichan como responsable de su imagen a un alto asesor del gobierno Brown. Hay un tremendo tufo a "racismo" en el muy británico cerrar filas en torno a la pareja británica. Los portugueses dimiten a su portavoz policial. Seguimos sin saber nada. Todo el mundo hablando y hablando, sin saber nada, especulando, inventando, chismorreando. No se cansan. Más vale verlo que morirse.

A partir del estúpido bluf de la falsa Madeleine en Marruecos, nos esperan manipulaciones similares y aún mayores. También agradecibles parones silenciosos. Por cierto, hablando de silencios, nadie se ha compadecido de la niña Bouchra. Esta pobrecita puede ser sacada por la tele y los diarios. Cualquiera puede ir a dar el coñazo a su familia. Nadie protege el rostro y la infancia de Bouchra.