jueves, 2 de agosto de 2007

Eduardo Falú


Ah, el maestro
Eduardo Falú.

Me le rescata Margarita de la memoria, más de treinta años sin escucharle. La voz de bardo señorial, la guitarra sabia. Las raíces cuidadas por un jardinero fiel a la cultura esencial.

Cantando "que me quede de tí la ternura, como resolana debajo la piel".


Música del pueblo con autor, música de salón perdido. Mi juventud, exploradora y lisérgica.


Descubrí a Falú en un disco cuya portada, obstinadas simetrías en tonos marrones, bodegón de maderas nobles, era una silla de anea y la espalda de una guitarra de palo. Parecía un disco de flamenco, pero no, era Falú. La foto era obra del saxofonista de jazz Vlady Bas, que también se ganaba la vida haciendo estas composiciones visuales para Philips.

Hermoso Falú recuperado.

Mi padre se quedaba quieto parado y lo escuchaba, más quieto que Juan Belmonte en la plaza.

El nido de un gorrión.

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