martes, 6 de julio de 2010

Fútbol, razón de la sinrazón



Remito a mi amigo Pepe Cedillo estas líneas del escritor mexicano Juan Villoro:

"El hombre en trance futbolístico sucumbe a un frenesí difícil de asociar con la razón pura. En sus mejores momentos, recupera una porción de infancia, el reino primigenio donde las hazañas tienen reglas pero dependen de caprichos, y donde algunas veces, bajo una lluvia oblicua o un sol de justicia, alguien anota un gol como si matara un leopardo y enciende las antorchas de la tribu. En sus peores momentos, el fan del futbol es un idiota con la boca abierta ante un sándwich y la cabeza llena de datos inservibles".

Pepe Cedillo me constesta:

"Al tal Villoro le sucede que no ha tenido la oportunidad de ver un pase Xavi a Iniesta y éste de tacón a Torres que a su vez la desvía para Villa y GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL.

Y así no se puede ir por la vida.

Es como ser manco. Sí, pueden hacer vida normal, pero como que les falta algo.

Datos inservibles, datos inservibles. Qué mentalidad más utilitarista. Para qué sirve una puesta de sol? Pues para lo mismo que un pase de Ramos a Xavi, éste de tacón a Silva que la manda para Villa y ... GOOOOOOOOOOOOOOOOL. Alimento del alma.

Comprendes?

Que no entendeis nada!

Salud"

Breitner replica:


Las puestas de sol son el fantástico resultado de nuestra percepción de la luz en el devenir del movimiento de los astros en el cosmos, también dan origen a un sinfín de fotografías cursilísimas.

El fútbol puede ser una pasión, es innegable. Pero la presencia invasiva de ese espectáculo en nuestras vidas, todos los días y casi a todas horas, es sólo el resultado de la presión abusadora de los medios de comunicación de masas en mancomunada servidumbre con el más feo mundo de los negocios y la siempre horrible cara de la manipulación política.

“Porque ese cielo azul que vemos, ni es cielo ni es azul. Lástima que no sea verdad tanta belleza”, escribió Lupercio Leonardo de Argensola allá por el siglo XVI. Y si eso es cierto para el cielo, qué no vamos a sospechar del fútbol, qué no vamos también a juzgar y condenar.

1 comentario:

Breitner dijo...

Las puestas de sol son el fantástico resultado de nuestra percepción de la luz en el devenir del movimiento de los astros en el cosmos, también dan origen a un sinfín de fotografías cursilísimas.

El fútbol puede ser una pasión, es innegable. Pero la presencia invasiva de ese espectáculo en nuestras vidas, todos los días y casi a todas horas, es sólo el resultado de la presión abusadora de los medios de comunicación de masas en mancomunada servidumbre con el más feo mundo de los negocios y la siempre horrible cara de la manipulación política.

“Porque ese cielo azul que vemos, ni es cielo ni es azul. Lástima que no sea verdad tanta belleza”, escribió Lupercio Leonardo de Argensola allá por el siglo XVI. Y si eso es cierto para el cielo, qué no vamos a sospechar del fútbol, qué no vamos también a juzgar y condenar.