Atendiendo al nombre de los caminos, nos salen cuatro: Bravo Murillo, Reina Victoria, Raimundo Fdez. Villaverde y Santa Engracia.
Si antaño, los nombres Raimundo Fdez. Villaverde y Reina Victoria hubieran computado como uno nada más, los Bulevares, entonces los caminos serían tres.
Qué de posibilidades nos ofrece ese lugar. Ciertamente la calle artistas (ese palabra tan impersonalmente personal) tiene la dimensión apropiada con respecto a lo que representa en el entorno, abrumada por esaas avenidas con nombre propio.
Cuatro Caminos fue uno de los mejores sitios para disfrutar de un encuentro casual.
Veo que has tocado la fibra de los cuatrocamineros. Los bocazas que mejor recuerdo son los de "la ceta de hoy oiga..." o los broncas del "Tija" o del Europa. Al Regio y al Alvi se iba de finos. Hasta que nos hicieron aqhél absurdo puente los Cuatro Caminos eran el lugar más hermoso de Madrid. O casi. J. Cedillo
Más lugares mágicos: el Metropolinato, el Cristal, el Carolina; queda el Lido partido en varios. Y antes estuvo el cine Astur. Más abajo el Quevedo y el Espronceda, dos poetas en la fábrica de sueños.
Quitaron los tranvías y los trolebuses, asfaltaron las vías y el empedrado, jodieron los Bulevares, construyeron el monstruo excaléctrico,liquidaron los cines,pulieron los futbolines y billares, aniquilaron las tabernas y los bares de cañas... Y el orden topológico se fue al carajo.
Vinieron otros al poblado, otros colores y otros mapas; tan trabajadoras ellas -ellos: bastantes están en proceso de averiguamiento- como las cuatrocamineras que emigraron al extraradio de los Madriles en los primeros años 70. Vino el siglo XXI y Cuatroca vuelve a ser punto de encuentro entre castizos y emigrantes. No falta algún caraesquina, ni la que mira de reojo. Bravo Murillo ahora... tiene un aire de malecón con más tráfico de gentes y puntos de griterío. El lío de la tanguita roja y el morenote parado atento.
8 comentarios:
Cuatro Caminos, que siempre fueron Cinco
Es opinable.
Atendiendo al nombre de los caminos, nos salen cuatro: Bravo Murillo, Reina Victoria, Raimundo Fdez. Villaverde y Santa Engracia.
Si antaño, los nombres Raimundo Fdez. Villaverde y Reina Victoria hubieran computado como uno nada más, los Bulevares, entonces los caminos serían tres.
Muy mal me parece que te olvides de la Calle de Los Artistas
Cierto, me olvide de ese callejón. Me suele ocurrir: nací en la calle Hernani.
Qué de posibilidades nos ofrece ese lugar. Ciertamente la calle artistas (ese palabra tan impersonalmente personal) tiene la dimensión apropiada con respecto a lo que representa en el entorno, abrumada por esaas avenidas con nombre propio.
Cuatro Caminos fue uno de los mejores sitios para disfrutar de un encuentro casual.
Falta alguna meditación sobre la multitud de cines que había y la facilidad para llegar a los estudios Sevilla Films.
Veo que has tocado la fibra de los cuatrocamineros.
Los bocazas que mejor recuerdo son los de "la ceta de hoy oiga..." o los broncas del "Tija" o del Europa. Al Regio y al Alvi se iba de finos.
Hasta que nos hicieron aqhél absurdo puente los Cuatro Caminos eran el lugar más hermoso de Madrid.
O casi.
J. Cedillo
Más lugares mágicos: el Metropolinato, el Cristal, el Carolina; queda el Lido partido en varios. Y antes estuvo el cine Astur. Más abajo el Quevedo y el Espronceda, dos poetas en la fábrica de sueños.
Quitaron los tranvías y los trolebuses, asfaltaron las vías y el empedrado, jodieron los Bulevares, construyeron el monstruo excaléctrico,liquidaron los cines,pulieron los futbolines y billares, aniquilaron las tabernas y los bares de cañas... Y el orden topológico se fue al carajo.
Vinieron otros al poblado, otros colores y otros mapas; tan trabajadoras ellas -ellos: bastantes están en proceso de averiguamiento- como las cuatrocamineras que emigraron al extraradio de los Madriles en los primeros años 70. Vino el siglo XXI y Cuatroca vuelve a ser punto de encuentro entre castizos y emigrantes. No falta algún caraesquina, ni la que mira de reojo. Bravo Murillo ahora... tiene un aire de malecón con más tráfico de gentes y puntos de griterío. El lío de la tanguita roja y el morenote parado atento.
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