Escuchemos algunas voces que no bailan al son del Gobierno. He decidido bailar con la "más fea": los controladores aéreos.
NO CONTROLES
por Pianista en un Burdel.
¿Sabíais que el aeropuerto de Londres-Stansted es el más moderno de los cinco aeropuertos de Londres? ¿Sabíais que la terminal fue diseñada por Norman Foster; que es una estructura oblonga de cristal con techo flotante en forma de pirámides invertidas que proporciona una cantidad insólita de luz natural al interior, y que además da la impresión de ser un cisne levantando el vuelo?
¿LO SABÍAIS?
Yo tampoco. Pero ahora sí lo sé, porque llevo más horas metido en esa terminal de las que he pasado metido dentro de una mujer en todo lo que va de año.
Y me ha dado tiempo de documentarme sobre unas cuantas cosas más, aparte de sobre la construcción de este aeropuerto, que como bien dice el maestro Yuri, bien podría llamarse Cambridge-Sur, porque está bastante más cerca de Cambridge que de Londres.
Razón por la cual no he aprovechado el tiempo perdido para darme una vueltecita por la National Gallery.
En lugar de eso, me he agenciado un enchufe, y he estado diecisiete horas pegado a la pantalla del ordenador. He escrito medio capítulo de una serie, me he visto una película que no conocía y que el amigo Roberto Goñi me recomendó encarecidamente, Sweet Smell of Success; me he comprado en Amazon On Film Making, el libro que escribió su director, Alexander Mackendrick; he perdido el tiempo con Facebook, Twitter, etcétera… y he indagado un poco sobre la postura de los controladores aéreos.
Hace unas horas estaba muy cabreado con los controladores aéreos. Mucho. Luego recordé que, en una huelga, la razón siempre la tienen los huelguistas. Y es que no sé ustedes, pero yo todavía no conozco a nadie absolutamente que decida ir a la huelga (o ya puestos, a la cárcel) sin tener un buen motivo para ello.
Y entonces decidí hacer un ejercicio imprescindible, fundamental para un guionista: ponerse en el lugar de todos los personajes. Para un espectador, en las películas hay buenos y malos. Para un guionista, no. Para un guionista hay gente con posturas encontrados, con motivaciones irreconciliables. Gente en conflicto.
Pero un buen guionista no toma partido. Un buen guionista trata de entender y hacer entender los motivos de cada persona por hacer lo que hace. Creo que ahora, después de indagar la postura de los controladores, he conseguido entender sus motivos. Y los del Gobierno. Voy a ver si consigo hacérselos entender a los lectores, al menos tal y como yo los veo.
Lo cierto es que sigo muy cabreado con los controladores aéreos.
POR NO HABER CONTRATADO A UN GUIONISTA que les hiciera un buen documental.
Porque realmente merece un documental, el asunto. Que en España, en el año 2010, haya empleados públicos trabajando 28 días al mes; sin permisos de maternidad; con cambios de turno arbitrarios y sorpresivos; haciendo más horas extra de las que permite la ley; teniendo que trabajar 1670 horas al año independientemente del tiempo que estén de baja (¿qué pasa si te operan de algo chungo y estás tres meses en cama? ¿Luego NO SALES DEL CURRO EN NUEVE MESES?)… Todo eso es para hacer un documental. Pero si además resulta que esos empleados son los que, básicamente, manejan las vidas de cientos de miles de personas cada día… Eso es para echarse a temblar.
Si esto fuera una película, y lamentablemente no lo es, estaría clarísimo quién es el malo: el Gordon Gekko de turno que tiene todas las papeletas para quedarse con AENA cuando el Gobierno la privatice. Ése es el que estaría tirando de los hilos -si esto fuera una película, quiero decir- para que Fomento y Presidencia hicieran algo tan increíblemente bestia como decretar el estado de alarma por primera vez en la historia de la democracia española.
Si esto fuera una película, la decisión de Blanco y Rubalcaba de aprobar precisamente el viernes que empieza el puente un decreto en el que, básicamente, se cagan en los derechos laborales de los controladores, sería una pura y simple provocación, una estrategia calculada para provocar este caos. Una jugada que les permita aparecer ante la opinión pública como unos salvapatrias que no paran mientes en llamar al Ejército para salvar la situación.
¿Saben a qué me recuerda esto? No a una película, sino a un episodio real de la historia de la democracia española: la elección de Jesús Gil como alcalde de Marbella. ¿Recuerdan lo que hizo ese tipo la noche en que salió elegido? Se fue a dar una vuelta por la zonas de copas y se puso a insultar a la gente: que si chorizos, que si gentuza, que si escoria, que si voy a limpiar esta ciudad…
Naturalmente, se montó un altercado. La gente le tiró de todo, le escupió… Tuvo que salir de allí escoltado por la policía.
¿Qué dijo Jesús Gil antes de montar en el coche? “Acabo de demostrar que sois unos alborotadores, y que hay que limpiar esta ciudad”. Que es exactamente lo que hizo.
Si esto fuera una película, que no lo es, alguien en Moncloa habría puesto ese episodio como ejemplo de la estrategia a seguir con los controladores. Y a Zapatero le habría encantado.
Mucha gente está recalcando la mala leche de los controladores al elegir precisamente el viernes que empieza el puente para montar este embolado. Y nadie quiere darse cuenta de que HA SIDO EL GOBIERNO QUIEN HA EMPEZADO, aprobando precisamente el viernes que empieza el puente un decreto alucinante, que pasará a la historia de la indignidad política y que será materia de estudio sobre legalidad laboral.
Si esto fuera una película, habría un final feliz sacado de la manga. Pero no lo va a haber. El final va a ser el mismo que el de la crisis de los controladores de Reagan: despidos masivos, vidas destrozadas, y privatización al canto. La opinión pública, borrega y estúpida como siempre, se olvidará del asunto, aliviada porque nadie le va a volver a joder las vacaciones. Los medios de comunicación, comprados y domesticados como Dios manda, mirarán para otro lado. Dentro de cinco o seis años, cuando el asunto llegue al Constitucional -y llegará- se demostrará que los decretos de ayer eran ilegales, pero para entonces ya dará igual.
Y sólo será dentro de un par de décadas cuando la gente comprenda lo que está pasando aquí: que el Gobierno de Zapatero ha decidido tunear las leyes, despreciar los derechos laborales, y hundir la vida de 2.000 trabajadores cualificados, con dos objetivos: primero, legitimar ante la opinión pública la privatización de AENA y el desmantelamiento salvaje de un colectivo que no ha querido pasar por el aro; y segundo, no reconocer que llevan años con una estrategia equivocada, cruel y, por cierto, carísima.
Porque pensemos una cosa: ¿Cuánto habría costado hacer las cosas bien? El único problema aquí es que hay pocos controladores. Repitan conmigo: HAY POCOS CONTROLADORES. El tráfico aéreo de España ha crecido una barbaridad en los últimos años. AENA ha reaccionado reduciendo a una cuarta parte el número de controladores nuevos incorporados. Resultado: HAY POCOS CONTROLADORES. Para poder mantener el tráfico aéreo, se les ponen un mogollón de horas extra. Los tipos no quieren hacer tantas horas extra, entre otras cosas porque su profesión implica una responsabilidad bestial, y un nivel de estrés incomparable. Así que presionan para cobrar esas horas extra a precio de oro.
En este punto, cualquier empresario o político con dos dedos de frente, habría decidido formar a más controladores. Pero ¿qué hace el Gobierno de Zapatero? Les sube el precio de las horas extra hasta niveles astronómicos… y luego agarra las cifras y se va a la prensa a decir: “mirad la barbaridad que cobran, estos señoritos”.
¿Se puede ser más demagogo? ¡Si cobran eso, es porque el Gobierno se lo ha dado! Repitan conmigo: HAY POCOS CONTROLADORES.
Entre las leyendas urbanas que el Gobierno ha hecho circula con la inestimable ayuda de sus medios de comunicación títeres, está no sólo los supuestos sueldos astronómicos de los controladores, sino también un pretendido poder para impedir que se abran más plazas de controladores. ¡Y la gente se lo cree! Pero ¿qué clase de hipnosis colectiva hay con este asunto? ¿En serio creen que existe un colectivo de empleados públicos que puede IMPEDIR QUE CONTRATE A MÁS EMPLEADOS PÚBLICOS? ¿Y con qué objetivo? Todas las reclamaciones de los controladores en los últimos años son sobre sus condiciones laborales: quieren trabajar en turnos razonables, quieren poder planificar sus vacaciones como todo el mundo, y quieren trabajar un número de horas razonables, tipo… no sé, 40 a la semana. ¿Cómo se consigue eso? Pues contratando a más controladores, claro. Porque, no sé si lo he dicho ya, pero HAY POCOS CONTROLADORES.
¿En qué cabeza cabe que estos tipos estén impidiendo lo que, a todas luces, es la única solución a su problema?
Si AENA no forma a más controladores, es porque AENA no quiere. En fin, si Fomento puede colocar a coroneles a dirigir el tráfico aéreo, algo me dice que también podrá convocar plazas de controlador. Claro que… si en la agenda oculta del Gobierno estuviera la privatización de AENA… Caramba, ¿no tendría mucha lógica que antes tratase de limitar lo más posible el número de plazas públicas en el sector?
Llevo 24 horas largas en este aeropuerto. Estoy cansado, ojeroso y contracturado. Pero cuando me monte por fin en un avión, quiero pensar que la persona que le da pista no es un tipo alienado, amenazado, insultado en la televisión y sometido a disciplina militar. Quiero que sea un tipo cualificado, bien pagado, bien dormido y orgulloso de su trabajo.
Por cierto, creo que todo lo que he dicho sobre los controladores se podría aplicar, en un 90%, a la problemática de la Guardia Civil.
Y ahora les dejo con un par de citas de opiniones de ésas que no aparecen en los periódicos ni en las televisiones, pero que se encuentran en dos minutos de googleo… si es que uno quiere encontrarlas. Una es del blog Sinergia sin Control, y la otra ha sido escrita por la controladora aérea Cristina Antón.
Del blog Sinergia Sin Control:
Del blog Controladores Aéreos y Otras Hierbas:
(Read this post in English HERE)
¿Sabíais que el aeropuerto de Londres-Stansted es el más moderno de los cinco aeropuertos de Londres? ¿Sabíais que la terminal fue diseñada por Norman Foster; que es una estructura oblonga de cristal con techo flotante en forma de pirámides invertidas que proporciona una cantidad insólita de luz natural al interior, y que además da la impresión de ser un cisne levantando el vuelo?
¿LO SABÍAIS?
Yo tampoco. Pero ahora sí lo sé, porque llevo más horas metido en esa terminal de las que he pasado metido dentro de una mujer en todo lo que va de año.
Y me ha dado tiempo de documentarme sobre unas cuantas cosas más, aparte de sobre la construcción de este aeropuerto, que como bien dice el maestro Yuri, bien podría llamarse Cambridge-Sur, porque está bastante más cerca de Cambridge que de Londres.
Razón por la cual no he aprovechado el tiempo perdido para darme una vueltecita por la National Gallery.
En lugar de eso, me he agenciado un enchufe, y he estado diecisiete horas pegado a la pantalla del ordenador. He escrito medio capítulo de una serie, me he visto una película que no conocía y que el amigo Roberto Goñi me recomendó encarecidamente, Sweet Smell of Success; me he comprado en Amazon On Film Making, el libro que escribió su director, Alexander Mackendrick; he perdido el tiempo con Facebook, Twitter, etcétera… y he indagado un poco sobre la postura de los controladores aéreos.
Hace unas horas estaba muy cabreado con los controladores aéreos. Mucho. Luego recordé que, en una huelga, la razón siempre la tienen los huelguistas. Y es que no sé ustedes, pero yo todavía no conozco a nadie absolutamente que decida ir a la huelga (o ya puestos, a la cárcel) sin tener un buen motivo para ello.
Y entonces decidí hacer un ejercicio imprescindible, fundamental para un guionista: ponerse en el lugar de todos los personajes. Para un espectador, en las películas hay buenos y malos. Para un guionista, no. Para un guionista hay gente con posturas encontrados, con motivaciones irreconciliables. Gente en conflicto.
Pero un buen guionista no toma partido. Un buen guionista trata de entender y hacer entender los motivos de cada persona por hacer lo que hace. Creo que ahora, después de indagar la postura de los controladores, he conseguido entender sus motivos. Y los del Gobierno. Voy a ver si consigo hacérselos entender a los lectores, al menos tal y como yo los veo.
Lo cierto es que sigo muy cabreado con los controladores aéreos.
POR NO HABER CONTRATADO A UN GUIONISTA que les hiciera un buen documental.
Porque realmente merece un documental, el asunto. Que en España, en el año 2010, haya empleados públicos trabajando 28 días al mes; sin permisos de maternidad; con cambios de turno arbitrarios y sorpresivos; haciendo más horas extra de las que permite la ley; teniendo que trabajar 1670 horas al año independientemente del tiempo que estén de baja (¿qué pasa si te operan de algo chungo y estás tres meses en cama? ¿Luego NO SALES DEL CURRO EN NUEVE MESES?)… Todo eso es para hacer un documental. Pero si además resulta que esos empleados son los que, básicamente, manejan las vidas de cientos de miles de personas cada día… Eso es para echarse a temblar.
Si esto fuera una película, y lamentablemente no lo es, estaría clarísimo quién es el malo: el Gordon Gekko de turno que tiene todas las papeletas para quedarse con AENA cuando el Gobierno la privatice. Ése es el que estaría tirando de los hilos -si esto fuera una película, quiero decir- para que Fomento y Presidencia hicieran algo tan increíblemente bestia como decretar el estado de alarma por primera vez en la historia de la democracia española.
Si esto fuera una película, la decisión de Blanco y Rubalcaba de aprobar precisamente el viernes que empieza el puente un decreto en el que, básicamente, se cagan en los derechos laborales de los controladores, sería una pura y simple provocación, una estrategia calculada para provocar este caos. Una jugada que les permita aparecer ante la opinión pública como unos salvapatrias que no paran mientes en llamar al Ejército para salvar la situación.
¿Saben a qué me recuerda esto? No a una película, sino a un episodio real de la historia de la democracia española: la elección de Jesús Gil como alcalde de Marbella. ¿Recuerdan lo que hizo ese tipo la noche en que salió elegido? Se fue a dar una vuelta por la zonas de copas y se puso a insultar a la gente: que si chorizos, que si gentuza, que si escoria, que si voy a limpiar esta ciudad…
Naturalmente, se montó un altercado. La gente le tiró de todo, le escupió… Tuvo que salir de allí escoltado por la policía.
¿Qué dijo Jesús Gil antes de montar en el coche? “Acabo de demostrar que sois unos alborotadores, y que hay que limpiar esta ciudad”. Que es exactamente lo que hizo.
Si esto fuera una película, que no lo es, alguien en Moncloa habría puesto ese episodio como ejemplo de la estrategia a seguir con los controladores. Y a Zapatero le habría encantado.
Mucha gente está recalcando la mala leche de los controladores al elegir precisamente el viernes que empieza el puente para montar este embolado. Y nadie quiere darse cuenta de que HA SIDO EL GOBIERNO QUIEN HA EMPEZADO, aprobando precisamente el viernes que empieza el puente un decreto alucinante, que pasará a la historia de la indignidad política y que será materia de estudio sobre legalidad laboral.
Si esto fuera una película, habría un final feliz sacado de la manga. Pero no lo va a haber. El final va a ser el mismo que el de la crisis de los controladores de Reagan: despidos masivos, vidas destrozadas, y privatización al canto. La opinión pública, borrega y estúpida como siempre, se olvidará del asunto, aliviada porque nadie le va a volver a joder las vacaciones. Los medios de comunicación, comprados y domesticados como Dios manda, mirarán para otro lado. Dentro de cinco o seis años, cuando el asunto llegue al Constitucional -y llegará- se demostrará que los decretos de ayer eran ilegales, pero para entonces ya dará igual.
Y sólo será dentro de un par de décadas cuando la gente comprenda lo que está pasando aquí: que el Gobierno de Zapatero ha decidido tunear las leyes, despreciar los derechos laborales, y hundir la vida de 2.000 trabajadores cualificados, con dos objetivos: primero, legitimar ante la opinión pública la privatización de AENA y el desmantelamiento salvaje de un colectivo que no ha querido pasar por el aro; y segundo, no reconocer que llevan años con una estrategia equivocada, cruel y, por cierto, carísima.
Porque pensemos una cosa: ¿Cuánto habría costado hacer las cosas bien? El único problema aquí es que hay pocos controladores. Repitan conmigo: HAY POCOS CONTROLADORES. El tráfico aéreo de España ha crecido una barbaridad en los últimos años. AENA ha reaccionado reduciendo a una cuarta parte el número de controladores nuevos incorporados. Resultado: HAY POCOS CONTROLADORES. Para poder mantener el tráfico aéreo, se les ponen un mogollón de horas extra. Los tipos no quieren hacer tantas horas extra, entre otras cosas porque su profesión implica una responsabilidad bestial, y un nivel de estrés incomparable. Así que presionan para cobrar esas horas extra a precio de oro.
En este punto, cualquier empresario o político con dos dedos de frente, habría decidido formar a más controladores. Pero ¿qué hace el Gobierno de Zapatero? Les sube el precio de las horas extra hasta niveles astronómicos… y luego agarra las cifras y se va a la prensa a decir: “mirad la barbaridad que cobran, estos señoritos”.
¿Se puede ser más demagogo? ¡Si cobran eso, es porque el Gobierno se lo ha dado! Repitan conmigo: HAY POCOS CONTROLADORES.
Entre las leyendas urbanas que el Gobierno ha hecho circula con la inestimable ayuda de sus medios de comunicación títeres, está no sólo los supuestos sueldos astronómicos de los controladores, sino también un pretendido poder para impedir que se abran más plazas de controladores. ¡Y la gente se lo cree! Pero ¿qué clase de hipnosis colectiva hay con este asunto? ¿En serio creen que existe un colectivo de empleados públicos que puede IMPEDIR QUE CONTRATE A MÁS EMPLEADOS PÚBLICOS? ¿Y con qué objetivo? Todas las reclamaciones de los controladores en los últimos años son sobre sus condiciones laborales: quieren trabajar en turnos razonables, quieren poder planificar sus vacaciones como todo el mundo, y quieren trabajar un número de horas razonables, tipo… no sé, 40 a la semana. ¿Cómo se consigue eso? Pues contratando a más controladores, claro. Porque, no sé si lo he dicho ya, pero HAY POCOS CONTROLADORES.
¿En qué cabeza cabe que estos tipos estén impidiendo lo que, a todas luces, es la única solución a su problema?
Si AENA no forma a más controladores, es porque AENA no quiere. En fin, si Fomento puede colocar a coroneles a dirigir el tráfico aéreo, algo me dice que también podrá convocar plazas de controlador. Claro que… si en la agenda oculta del Gobierno estuviera la privatización de AENA… Caramba, ¿no tendría mucha lógica que antes tratase de limitar lo más posible el número de plazas públicas en el sector?
Llevo 24 horas largas en este aeropuerto. Estoy cansado, ojeroso y contracturado. Pero cuando me monte por fin en un avión, quiero pensar que la persona que le da pista no es un tipo alienado, amenazado, insultado en la televisión y sometido a disciplina militar. Quiero que sea un tipo cualificado, bien pagado, bien dormido y orgulloso de su trabajo.
Por cierto, creo que todo lo que he dicho sobre los controladores se podría aplicar, en un 90%, a la problemática de la Guardia Civil.
Y ahora les dejo con un par de citas de opiniones de ésas que no aparecen en los periódicos ni en las televisiones, pero que se encuentran en dos minutos de googleo… si es que uno quiere encontrarlas. Una es del blog Sinergia sin Control, y la otra ha sido escrita por la controladora aérea Cristina Antón.
Del blog Sinergia Sin Control:
(…) El precio de la hora extra, a lo largo de los años, ha subido a precios absurdos; si un controlador dice “mira, no quiero hacer más horas, que si no, no tengo vida familiar” y se le dobla o triplica o decuplica el precio de la hora extra, o más, al final, acabará por echar dichas horas. Eso condujo a que el sueldo de los controladores, gracias a que AENA no quería (o no podía) cubrir la plantilla de manera normal, se disparase gracias a las horas extras.Y aquí entró el gobierno y en esencia, Pepiño, el ministro mediático; cual Robin Hood de las Cortes, encuentra en los controladores un objetivo fácil para señalarles: “mira lo que cobran, mira cómo se quejan mientras hay gente en el paro; no mires ni a Fomento ni a AENA, que son los que han provocado esta situación”. Y así, Fomento modifica las horas laborales, reduce las horas extra máximas… como un modo de bajarles el sueldo; sin darse cuenta de que si las horas extras se hacían, no era por capricho (sobre todo teniendo en cuenta lo que le costaban a AENA), sino porque eran necesarias porque AENA no tenía suficientes controladores.
La solución más sencilla para solucionar esta debacle hubiera sido bajar las horas extras Y contratar más controladores. Y si no los hay, incentivar la formación de nuevos controladores y tener una solución más a largo plazo. Pero no, Fomento quería una solución mágica e inmediata y solo redujo las horas extra, sin tener en cuenta que alguien tendría que cubrir esas horas extra.
Así, con las horas máximas al año limitadas, los controladores, el día 20 de ¡NOVIEMBRE!, avisan de que a raíz de las modificaciones de convenio que Fomento les puso a los controladores, resultaba que muchos controladores tenían ya el máximo de horas del año hecho, sin posibilidad de hacer más horas (por dicha ley, que lo prohíbe), so pena de multas gordas.
En este momento, cualquier persona medianamente inteligente adivinaría que Pepín Blanco no aprobó matemáticas ni de coña, porque esto era fácilmente deducible de la anterior reforma; pero Pepín no se arredró, y se le ocurrió una idea; para evitar que los controladores llegasen al cupo de horas máximo del año,para esas horas de trabajo no contabilizarían ninguna de las que no pasasen en su puesto, controlando.
“Entre ellas se encuentran los permisos sindicales, las imaginarias y las licencias y ausencias por incapacidad laboral.”
Es decir, si tienes un resfriado y te dan la baja médica, si eres controlador, esas horas no contabilizan. A mí esas horas sí me las contabilizan. Y a ti, casi con toda seguridad, también.Y ahora, pongámonos otra vez en situación, en este fastuoso viernes; de repente, tu jefe se saca de la manga un decretazo unilateralmente aprobado que es una chapuza para parchear el anterior, deficientemente planteado. Y no se le ocurre otra cosa que sacarlo el Viernes del puente, acorralando a un colectivo que ya estaba cabreado y diciéndoles que van a trabajar horas gratis por sus cojones y que a partir de ahora, eso va a ser así. Y se lo juega todo a la carta “no tendrán cojones de parar todo el país”.
Y entonces, se entiende mucho mejor; que los controladores no han hecho esto por dinero, ni por joder a 300.000 personas. Han cometido un error, acorralados entre
1) darse por jodidos, callar la boca y trabajaro2) armarla parda.Han elegido armarla parda, porque la gente se calienta, toma decisiones de repente y puede cagarla. Y la han cagado con todo el equipo.Pero el principal culpable aquí está saliendo por la tele, diciendo que es intolerable que los controladores hayan tomado rehenes, y que son unos vagos y unos cabrones. Y él ha tardado 13 días en encontrar una solución a una cagada SUYA y para taparla, ha sacado otro decretazo por cojones el día de inicio de un puente y jodiendo a otros por su cagada.No defiendo a los controladores, pero no me gusta que me dirijan; no me gusta que me den una foto parcial, y me digan“mira, ese de ahí es el malo. escúpele”. No me gusta que el ministro de Fomento tome decisiones populistas en vez de tomar decisiones coherentes con la puta realidad.
Obviamente, no estoy afectado directamente por sus acciones. Obviamente, si lo estuviese, estaría hipercabreado. Pero no sólo con los controladores. Hay que plantearse quién tiene la culpa de esto inicialmente.
Del blog Controladores Aéreos y Otras Hierbas:
(…) En lugar de leer los periódicos pagados por el gobierno lee el Boletín Oficial del Estado, ahí está todo y luego decides lo que te crees y lo que no.Otro dice que vivimos en un estado de derecho. Pues va a ser que no. El primer decreto ley que nos cascaron anuló nuestro derecho a la negociación colectiva violando la Constitución. Pues ahí está.Me abren dos expedientes disciplinarios por escribir una mariconada de blog. Tengo dos juicios pendientes, que cada cosa que vosotros tenéis por ley yo tengo que ganarla en los tribunales y eso si tengo suerte, que si no me jodo, porque soy controladora y no se me aplica ni de coña la misma justicia que a vosotros lo creáis o no.Mis huelgas las pactan sindicatos en los que no hay ni un controlador y me nombran servicios mínimos del 120%. Si eso es tener derecho a la huelga que baje dios y lo vea.Ponemos a la opinión pública en nuestra contra: mentira, siempre lo ha estado porque nadie se ha molestado en escuchar los argumentos y datos que llevamos dando un año. Sólo oyeron 360.000 y no pasaron de ahí.¿Para qué cojones creéis que nos han cascado tres decretazos y una orden ministerial?En el primero nos ampliaron la jornada por el morro en seiscientas horas al año, que está de puta madre.Nos crujieron el sueldo y resulta que todos sabéis lo que yo gano porque lo dicen en la tele. Pues tampoco es verdad ni por los cojones. No gano 200.000 euros al año por mucho que diga el ministro. Ni eso ni la mitad.Si os molestaseis en mirar mejor, veríais que hace nada la directora de navegación aérea se soltó el moño diciendo que pedíamos más dinero saliendo de una reunión de la que existe un acta en la que no figura semejante petición. Un juez la obliga a retractarse, pero vosotros sólo oís lo que os da la gana. Y somos los malos para variar. Y de éstas hay mil.Hemos presentado cientos de demandas por incidentes de seguridad, por irregularidades de todos los calibres. Van a parar al fondo de un cajón. Estamos recurriendo a tribunales europeos porque lo de España es el coño de la Bernarda.En el segundo decretazo nos quitaron los descansos y se concedieron barra libre para ponernos a currar como animales y nos obligan a estar disponibles 365 días al año, 24 horas al día. Esto se lo comento a los médicos que me dicen gilipolleces, que ninguno curra todos los días.Me obligaron a trabajar doscientas horas al mes a turnos de mañana, tarde y noche. Y para el subnormal que dice que trabajo como todo el mundo 40 horas a la semana, eso son 160. O sea, que yo trabajo el equivalente a cinco semanas en un mes de cuatro, cuando por ser trabajo a turnos debería currar bastante menos.Al que le salga de los huevos que se lea cualquier estudio del efecto del trabajo a turnos sobre el organismo. La mitad de los que me ponéis a caldo dormís mal dos días y estáis hechos una mierda. Yo llevo haciendo turnos sin rechistar catorce putos años, así que no me jodáis.Y es muy fácil imaginar mi curro desde vuestros sofás, durmiendo ocho horitas cada noche. Si venís a currar conmigo a turnos un mes en una semana no podéis con vuestros huevos.No somos controladores suficientes, y es lo que hay. No damos abasto coño. No os queréis enterar. Nos exigís currar todos los días para tener vuestros putos puentes y vuestras putas vacaciones. ¿Dónde cojones dice que seamos vuestros esclavos? ¿Por qué vosotros tenéis todos los derechos del mundo y nosotros NINGUNO?A pesar de que nos aumentaron un huevo las horas, como los de AENA son unos inútiles nos hicieron currar como putas en verano y se quedaron sin sus propias putas horas. Y yo no puedo trabajar por encima de lo que estipula la ley porque me meten en la cárcel.Solución: otro decretazo, el de hoy, que hace desaparecer vacaciones, bajas, permisos, reducciones de jornada por maternidad etc y así salen horas por un tubo. Y con efecto retroactivo, que ya es para cagarse.Vuestro puente de puta madre, y yo curro dieciséis meses al año.Me decís que pobrecitos vuestros parientes, que no podéis ir a verlos. Yo he tenido UN fin de semana libre en nueve putos meses. Han operado a mi madre tres veces y la he visto cinco días.Y os atrevéis a decirme que vuestras familias son más importantes que la mía.Y ahora viene la mierda de los militares. Somos dos mil civiles, y no hay ni doscientos controladores militares aprovechables para hacer nuestro trabajo. Controlar no es conducir, y para que un militar haga mi curro tiene que saberse mi espacio aéreo, mis procedimientos, la geografía de mi zona de pe a pa. O sea, que necesita un par de mesecitos o más. Sin contar con que yo muevo sesenta aviones a la hora y ellos no pillan ni la cuarta parte. Por no decir que van tiesos de inglés para vuelos comerciales (…)El que quiera ser un esclavo que lo sea, no me contéis que vuestros curros son peores, espabilad y luchad en lugar de lloriquear, pero yo defiendo el último derecho que me queda, que es el de pelear por recuperar mis derechos (lo que vosotros llamáis privilegios, que manda huevos) y mi dignidad profesional y personal.Y si lo consigo bien y si no me largo del curro. Haceos controladores vosotros y así os curráis los puentes unos a otros y tan ricamente. Os va a encantar.Mola que sólo a una persona le haya llamado la atención que en todo este tiempo no se haya oído a los controladores. No nos dejan hablar en la tele ni salir en los periódicos porque al Gobierno no le interesa que se conozca nuestra versión. Sólo tenéis la suya.
1 comentario:
Los controladores no han tenido en cuenta la "comunicación", información sobre lo que acontece... No han conseguido "intoxicar" a la audiencia con sus argumentos, entre otras razones porque no tienen medios de difusión masivos.
Responder a la provocación del Gobierno con otro Decretazo, similar en la forma dictada al que se ha producido en Andalucía para privatizar encubiertamente Servicios Públicos, en este caso para regular esa profesión apretando el torniquete ha sido hacer lo que éste esperaba. Y con ello poner definitivamente a la opinión pública en contra de este colectivo y preparar la privatización de los aeropuertos rentables. Aunque las informaciones al respecto de hace unos días remarcaban que en esa privatización no se incluiría "el control aéreo". ¿Habran cambiado de opinión y el paquete a privatizar debe ser completo?.
Esta ha sido otra estrategia para desenfocar la atención de la población sobre los verdaderos problemas económicos causados por Corporaciones multinacionales, especuladores financieros, etc.
Si el gobierno es tan drástico y contundente con estas medidas ante la"salvajada" de los controladores, porqué no lo es frente a los Especuladores, los lobis financieros, los banqueros codiciosos, las corporaciones.
Todo es una celada POLÍTICA en la que este colectivo ha caido, pero no será en balde. El oleaje es de ida y vuelta, y la resaca de la ola,una vez ha roto en la costa, destrozándola, volverá imparable hacia quienes la propulsaron...
Publicar un comentario