lunes, 30 de agosto de 2010

La debutante


En la época que fui debutante, solía ir a menudo al parque zoológico. Iba tan a menudo que conocía más a los animales que a las chicas de mi edad. Era porque quería huir del mundo, por lo que me hallaba a diario en el zoológico. El animal que mejor llegué a conocer fue una hiena joven. Ella me conocía a mí también. Era muy inteligente. Le enseñé a hablar francés y a cambio ella me enseñó su lenguaje. Así pasamos muchas horas agradables.

Mi madre había organizado un baile en mi honor para el primero de mayo. ¡Lo qué sufrí durante noches enteras! Siempre he aborrecido los bailes; sobre todo los que se daban en mi honor.

La mañana del uno de mayo de 1934, fui muy temprano a visitar a la hiena.

-¡Qué asco! -le dije-. Esta noche me toca asistir a mi baile.

-Tienes suerte -dijo ella-; a mí me encantaría ir. No sé bailar, pero en cambio sabría mantener una conversación.

-Habrá muchas cosas de comer -dije-. He visto llegar a casa carros repletos de comida.

-Y aún te quejas -replicó la hiena con desaliento-. Mírame a mí: yo sólo como una vez al día, y me tienen jeringada con tanta bazofia.

Se me ocurrió una idea audaz; estuve a punto de echarme a reír.

-No tienes más que ir en mi lugar.

-No nos parecemos lo bastante; si no, con gusto iría -dijo la hiena un poco triste.

--Escucha -dije-, con las luces de la noche no se ve muy bien. Con que te disfraces un poco, nadie se fijará en ti en medio de la multitud. Además, tenemos casi la misma estatura. Eres mi única amiga; anda, hazlo por mí. Por favor.

Se puso a pensar en esta posibilidad. Comprendí que estaba deseosa de aceptar.

-De acuerdo -dijo de repente.

No había muchos guardianes cerca, dado lo temprano de la hora. Abrí rápidamente la jaula, y en un instante estuvimos en la calle. Llamé un taxi. En casa, todo el mundo estaba aún en la cama. Una vez en mi cuarto, saqué el vestido que debía ponerme por la noche. Era un poco largo, y la hiena andaba con dificultad con mis zapatos de tacón alto. Encontré unos guantes con que ocultarle las manos, demasiado peludas para parecerse a las mías. Cuando el sol iluminó mi habitación, la hiena dio varias vueltas alrededor, andando más o menos derecha. Estábamos tan ocupadas que mi madre, que entró a darme los buenos días, estuvo a punto de abrir la puerta antes de que la hiena se escondiera debajo de la cama.

-Esta habitación huele mal -dijo mi madre, abriendo la ventana-; antes de esta noche date un baño con mis nuevas sales.

-Por supuesto -le dije.

No se entretuvo mucho. Creo que el olor era demasiado fuerte para ella.

-No te retrases para el desayuno -dijo al irse.

Lo más difícil fue encontrar un disfraz para la cara de la hiena. Estuvimos buscando horas y horas: rechazaba todas mis sugerencias. Por fin dijo:

-Creo que he encontrado la solución. ¿Tenéis criada?

-Sí -dije, perpleja.

-Pues verás: vas a llamar a la criada; cuanto entre, nos lanzamos sobre ella y le arrancamos la cara; llevaré su cara esta noche en lugar de la mía.

-No lo veo muy práctico -dije yo-. Probablemente se morirá en cuanto pierda la cara: alguien encontrará su cadáver, y nos meterán en la cárcel.

-Tengo la suficiente hambre como para comérmela -replicó la hiena.
-¿Y los huesos?

-También -dijo-. ¿Te parece bien?
-Sólo si me prometes matarla antes de arrancarle la cara. Si no, le va a doler demasiado.

-Bueno, eso me da igual.

Llamé a Marie, la criada, no sin cierto nerviosismo. Desde luego, no lo habría hecho si no odiara tanto los bailes. Cuando entró Marie, me volví de cara a la pared para no verlo. Debo reconocer que no tardó nada. Un breve grito, y se acabó. Mientras la hiena comía, estuve mirando por la ventana. Unos minutos después, dijo:

-Ya no puedo más; aún me quedan los pies, pero si tienes una bolsa, me los comeré más tarde, a lo largo del día.

-En el armario encontrarás una bolsa bordada con flores de lis. Saca los pañuelos que tiene y quédatela.

Hizo lo que le había indicado. A continuación, dijo:

-Date la vuelta ahora y mira qué guapa estoy.

Delante del espejo, la hiena se admiraba con el rostro de Marie. Se lo había comido todo cuidadosamente hasta el borde de la cara, de forma que quedaba justo lo que le hacía falta.

-Es verdad -dije-; lo has hecho muy bien.

Hacia el atardecer, cuando la hiena estuvo completamente vestida, declaró:

-Me siento en plena forma. Me da la impresión de que voy a tener un gran éxito esta noche.

Después de oír un rato la música de abajo, le dije:

-Ve ahora, y recuerda que no debes ponerte junto a mi madre: seguramente se daría cuenta de que no soy yo. Aparte de ella, no conozco a nadie. Buena suerte -le di un beso para despedirla, aunque exhalaba un olor muy fuerte.

Se había hecho de noche. Cansada por las emociones del día, cogí un libro y me senté junto a la ventana, entregándome a al paz y el descanso. Recuerdo que estaba leyendo Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift. Al cabo de una hora, quizá, surgió el primer signo de inquietud. Un murciélago entró por la ventana profiriendo grititos. Los murciélagos me dan un miedo espantoso. Me escondí detrás de una silla, castañeteándome los dientes. Apenas me había arrodillado, cuando un gran ruido procedente de la puerta sofocó el batir de alas. Entró mi madre, pálida de furia.

-Acabábamos de sentarnos a la mesa -dijo-, cuando el ser ese que ha ocupado tu sitio se ha levantado gritando: "Con que mi olor es un poco fuerte, ¿eh? Pues no como pasteles." A continuación se ha arrancado la cara y se la ha comido. Después ha dado un gran salto y ha desaparecido por la ventana.















Relato escrito por Leonora Carrington (Clayton Green, Lancashire, Inglaterra - 1917)

miércoles, 18 de agosto de 2010

Noam Chomsky, hemisferio izquierdo y hemisferio derecho


En algunas otras cosas sintonizo con Noam Chomsky, pero en esto también: mi cerebro tiene un hemisferio izquierdo y un hemisferio derecho

"Parte de Colombia fue robada por Roosevelt"

Entrevista realizada por Luis Ángel Murcia. Semana. Colombia

Noam Abraham Chomsky, intelectual gringo padre de la lingüística y polémico activista por sus posturas contra el intervencionismo militar de Estados Unidos, visitó Colombia para ser homenajeado por las comunidades indígenas de Cauca. Habló en exclusiva con Semana.com. Miércoles 21 Julio 2010

El cerro El Bosque, un trozo de vida natural amenazado por la riqueza aurífera que esconde en sus entrañas, desde la semana pasada tiene una importancia de talla internacional. Esa reserva ubicada en el centro de Cauca muy cerca al Macizo Colombiano, es el cordón umbilical que hoy tiene a los indígenas de la región conectados con uno de los intelectuales y activistas de la izquierda democrática más prestigiosos del planeta. Noam Abraham Chomsky. Quienes lo conocen aseguran que es el ser humano vivo cuyas obras, libros escritos o reflexiones, son las más leídas después de la Biblia.

Sin duda el señor Chomsky, con 81 años de edad, es toda una autoridad en geopolítica y Derechos Humanos. Su condición de ciudadano americano le da autoridad moral para ser considerado uno de los más recalcitrantes críticos de la política expansionista y militar que Estados Unidos aplica en el hemisferio. En su país y Europa es escuchado y leído con mucho respeto, se ha ganado todos los premios y reconocimientos como activista político y sus obras tanto en lingüística como análisis político han sido premiadas.

Su paso discreto por Colombia no era para ofrecer las laureadas charlas, sino para recibir un particular homenaje de la comunidad indígena que vive en el Cauca. El cerro El Bosque fue rebautizado como Carolina, que es el mismo nombre de su esposa, la mujer que durante casi toda su vida lo acompañó. Ella murió en diciembre de 2008.

En medio de su agenda, coordinada por la CUT y la Defensoría del Pueblo del Valle, el señor Chomsky sacó unos minutos para atender en exclusiva a Semana.com y hablar de todo.

Semana.com: ¿Qué significado tiene para usted ese homenaje?

Noam Abraham Chomsky: Estoy muy conmovido; especialmente de ver que gente pobre que no tiene riquezas se presten a hacer ese tipo de elogios, mientras que la gente más rica no le presta atención a este tipo de cosas.

Semana.com: ¿Sus tres hijos saben del homenaje?

N.A.C: Todos saben de esto y el bosque. Una hija que trabaja en Colombia contra las empresas internacionales de minería también está enterada.

Semana.com: En esta etapa de su vida qué le apasiona más: ¿la lingüística o su activismo político?

N.A.C: He estado completamente esquizofrénico desde que era joven y sigo así. Es por eso que tenemos dos hemisferios en la mente.

Semana.com: Por cuenta de ese activismo ha tenido problemas con algunos gobiernos, uno de ellos y el más reciente fue con Israel, que le impidió ingresar a tierra palestina a dar una conferencia.


N.A.C: Es cierto, no pude hacerlo pese a que fui invitado por una universidad palestina, pero me encontré con un bloqueo en toda la frontera. Si la charla fuera para Israel, me hubieran dejado pasar.

Semana.com: ¿Esa censura tiene que ver con uno de sus libros titulado Guerra o Paz en Medio Oriente?


N.A.C:
Es por cuenta de mis 60 años de trabajo por la paz entre Israel y Palestina. Realmente yo he vivido en Israel.

Semana.com: ¿Cómo califica lo que pasa en Oriente Medio?

N.A.C: Desde 1967 fue ocupado el territorio palestino y eso hizo de Gaza la prisión al aire libre más grande del mundo donde lo único que les queda por hacer es morir.

Semana.com: ¿Llegó a ilusionarse con las nuevas posturas del presidente Barack Obama?

N.A.C: Es muy similar a George Bush, ya lo había escrito. Hizo más de lo que esperábamos en cuanto al expansionismo militar. Lo único que cambió con Obama fue la retórica.

Semana.com: Cuando Obama fue galardonado con el premio Nobel de Paz, ¿qué pensó?

N.A.C: Media hora después del nombramiento, la prensa noruega me preguntó qué pensaba del tema y respondí: 'Tomando en cuenta su récord, este no fue el peor nombramiento'. El Nobel de Paz es un chiste.

Semana.com: ¿Estados Unidos sigue repitiendo sus errores de intervencionismo?

N.A.C: Ha sido muy exitoso. Por ejemplo, Colombia tiene el peor récord de violación de Derechos Humanos desde el intervensionismo militar de Estados Unidos.

Semana.com: ¿Tiene alguna opinión sobre el concepto de guerra preventiva que pregonó Estados Unidos?

N.A.C: No existe ese concepto, es simplemente una forma de agresión. La guerra en Irak fue tan agresiva y terrible que se asemeja a lo que hicieron los Nazis. Si aplicáramos esa misma regla Bush, Blair y Aznar estarían colgados, pero la fuerza se aplica a los más débiles.

Semana.com: ¿Qué pasará con Irán?

N.A.C: Hoy existe una gran fuerza naval y aérea amenazando a Irán y sólo Europa y EE.UU. piensan que eso está bien. El resto del mundo cree que Irán tiene derecho a enriquecer uranio. En medio oriente tres países (Israel, Pakistán, India) desarrollaron armas nucleares con la asistencia de EE.UU. y no han firmado ningún tratado.

Semana.com: ¿Cree en la guerra contra el terrorismo?

N.A.C: Estados Unidos es el mayor terrorista del mundo. No se puede pensar en algún país que haya causado más daño que él. Para EE.UU. terrorismo es lo que usted nos hace a nosotros y no lo que nosotros le hacemos a usted.

Semana.com: ¿Hay alguna guerra justa de Estados Unidos?


N.A.C: La participación en la segunda guerra mundial fue legítima y además entraron demasiado tarde.

Semana.com: ¿Esa guerra por recursos naturales en Medio Oriente se puede repetir en Latinoamérica?


N.A.C: Es diferente. Lo que Estados Unidos ha hecho en América Latina tradicionalmente es imponer brutales dictaduras militares que no se discuten por el poder de la propaganda.

Semana.com: ¿Latinoamérica es realmente importante para Estados Unidos?

N.A.C: Nixon dijo: "Si no podemos controlar a América Latina cómo podremos controlar al mundo".

Semana.com: ¿Colombia juega algún papel en esa geopolítica gringa?


N.A.C: Parte de Colombia fue robada por Teodoro Roosevelt con el canal de Panamá. Desde 1990 este país ha sido el mayor recipiente de ayuda militar estadounidense y desde esa misma fecha tiene los mayores récord en violación de Derechos Humanos en el hemisferio. Antes el récord lo tenia El Salvador quien curiosamente también recibía ayuda militar.

Semana.com: ¿Sugiere que esas violaciones tienen alguna relación con los Estados Unidos?

N.A.C: En el mundo académico se ha concluido que existe una correlación entre la ayuda militar que dan los EE.UU. y la violencia en los países que la reciben.

Semana.com: ¿ Qué opina de las bases militares gringas que hay en Colombia?

N.A.C: No es una sorpresa. Después de El Salvador, es el único país de la región dispuesto en dejar que se instalen. Mientras Colombia siga haciendo lo que EE.UU. le pide que haga, éstos nunca van a tumbar al Gobierno.

Semana.com: ¿Está diciendo que EE.UU. derroca gobiernos en América Latina?

N.A.C:
En esta década apoyó dos golpes. En el fallido golpe militar de Venezuela en 2002 y en 2004 secuestraron en Haití al presidente electo y lo mandaron para África. Pero ahora es más difícil hacerlo porque el mundo cambió. Colombia es el único país latinoamericano que apoyó el golpe en Honduras.

Semana.com: ¿Tiene algo para decir de las tensiones actuales entre Colombia, Venezuela y Ecuador?

N.A.C: Colombia invadió a Ecuador y no conozco a ningún país que apoye eso, salvo Estados Unidos. Y respecto a Venezuela las relaciones son muy complicadas, pero abogo porque mejoren.

Semana.com: ¿Latinoamérica sigue siendo una región de caudillos?

N.A.C:
Ha sido una tradición muy mala, pero en ese sentido América Latina ha progresado y por primera vez el cono sur del continente se está movilizando hacia una integración para superar sus paradojas, como por ejemplo ser una región muy rica pero con una gran pobreza.

Semana.com: ¿El narcotráfico es un problema exclusivo de Colombia?

N.A.C:
Es un problema de los Estados Unidos. Imagínese que Colombia decida fumigar Carolina del Norte o Kentucky donde se cultiva tabaco, el cual ocasiona más muertes que la cocaína.

domingo, 15 de agosto de 2010

Abbey Lincoln, cuando era verdad tanta belleza


Anoche nos dejó Abbey Lincoln (Chicago, 1930 - Nueva York, 2010), una voz encendida por la rabia de vivir, la encarnación elegante del artista, de la mujer, en libertad. Además, eso otro: era guapa y lo sabía.

"El mundo se derrumba, coge mi mano", cantaba Abbey cuando la vi y escuché una noche de octubre de 1991, como no, cantando en ese vórtice del jazz que me queda al lado de casa, el C. M. San Juan Evangelista.

"Emergiendo entre la declamación dramática, un aliento sutilmente cool y la caricia confesional de Billie Holiday, la voz de Abbey viene desde el guiño de Broadway para negar cualquier tipo de convención estética", escribí entonces en las páginas del malamente muerto Diario 16.

"No existe nada que se llame "jazz". Lo que llaman "jazz" es una forma de canción que trata sobre la existencia en su más alta expresión; es la mayor aportación de Estados Unidos al mundo. Mahalia Jackson, Ray Charles, Louis Armstrong, Coleman Hawkins, todos los que dieron su vida por este país... nosotros somos los que vinimos desde África y dimos vida a una nueva música en la ciudad de Nueva Orleans. Me siento afortunada de formar parte de todo ello aunque a veces tengo la sensación de que todavía no he hecho nada..."
Abbey Lincoln. El País. 1-09-2007

Os dejo con dos videos inmensos, conmovedores, de Abbey, que dan fe de su verdad antes y después.



Un trozo de historia viva, marido y mujer, Max Roach y Abbey Lincoln:

sábado, 14 de agosto de 2010

¡Espabila, Favila, que viene el oso!



Esta obra pictórica, "Bear Surprise", fue realizada por uno de los miembros de la hermandad secreta Hijos de Lee Marvin.

Mito o leyenda, el célebre episodio de segundo monarca del Reino de Asturias, don Favila, con el oso es el origen de un "meme", El Efecto Preved (Превед эффект), que se está extendiendo rápidamente desde el ciberespacio ruso, dentro de esos emergentes fenómenos de contagio viral transcultural que recorren la red.

Acerca de Sons Of Lee Marvin:

"No soy libre para divulgar información sobre la organización, más allá de confirmar que existe. Puedo revelar los nombres de otros miembros de la organización: Tom Waits, John Lurie, Iggy Pop, Neil Young y Richard Bose. Estamos iniciando a Nick Cave también. Para ser miembro tienes que tener una estructura facial tal que pudieras ser pariente o ser incluso un hijo de Lee Marvin. No hay mujeres, obviamente, en la organización. Tenemos comunicados y reuniones secretas. Es todo lo que puedo decir. Hay otros miembros honorarios.

Tengo una buena historia sobre esto. Hace seis meses, Tom Waits estaba en un bar en algún sitio del Condado de Sonoma, en el Norte de California, cuando el camarero le preguntó: "¿Usted es Tom Waits, no? Ahí hay un hombre que quiere hablar con usted". Así que Tom se puso un poco agresivo: "¿Qué coño quieres decirme? No te conozco. " Y el tipo dijo: " ¿Qué es toda es mierda sobre Los Hijos de Lee Marvin?". Tom dijo: "Bueno, es una organización secreta y no estoy autorizado a hablar de ella". El tipo dijo: "No me gusta". Tom dijo: "¿Qué te ocurre?" . El tipo contestó: "Yo soy el hijo de Lee Marvin". Y realmente lo era. El tipo pensó que era ofensivo, pero no, somos completamente respetuosos con Lee Marvin".

JIM JARMUSCH: "Jim Jarmusch's Guilty Pleasures:" Film Comment, May-June, 1992, pp 35-37."

jueves, 12 de agosto de 2010

Deporte y Victoria, cuando Nosotros es la peor persona



Traigo aquí este ilustrado libelo de Sánchez Ferlosio con el que sintonizo porque no acabo de sacarme del espíritu las grandes molestias que me causaron las celebraciones del triunfo de la selección española en los mundiales de Sudáfrica. Almas bondadosas aseguran que algo tan malo algo bueno tenía que tener. Y ese algo bueno queda cifrado así: “A partir de ahora la bandera de España ha dejado de ser patrimonio de los fachas para convertirse en patrimonio de los horteras”. El fenómeno para nada es nuevo ni marca un antes y un después en el uso abominable de la bandera de España, pues la diferencia entre sujetos o grupos de horteras o de fachas que ondean la bandera de España celebrando la Victoria es, simplemente, cero.

¡Y qué afán de ganar y ganar!
El deporte, actividad sin más objetivo que el de la redundancia de la victoria como fin en sí mismo, se ha convertido en contenido principal, por no decir único, de esa mala pasión que es todo patriotismo
RAFAEL SÁNCHEZ FERLOSIO. El País 07/08/2010


La cultura en general y especializadamente la cultura de estadio ha sido siempre, de manera congénita, un instrumento de des-subjetivación política y de control social. Así ha sido en Roma desde el Panem et circenses; y sobre Grecia tenemos el testimonio, indirecto y tardío, de Luciano de Samosata -nació ya en la era cristiana, bajo el dominio del Imperio Romano-, que, en su diálogo Anacarsis o de la gimnasia, se remonta a los tiempos de Solón, al que nos pinta como hospitalario receptor y gentil acompañante de un escita, seguramente rico, Anacarsis, que baja hasta Atenas con el deseo de conocer la cultura y las instituciones de la Hélade.

Hay que decir que por "gimnasia" no entiende Luciano solamente la habitual -no sé si cotidiana- de los particulares, sino también la de un estadio -con multitud de espectadores, ya se entiende-; pero en lo que dice de esto último puede haber influido, o por lo menos así lo parece, su conocimiento de los grandes estadios o los circos de la Roma imperial, pues, por añadidura, el texto menciona ya, con veinte siglos de anticipación, la mayoría de los tópicos y gratuidades racionalizadoras y moralizadoras que se reúnen en las actuales apologías del deporte, con la pintoresca coincidencia de que Solón -o más bien el Solón de Luciano de Samosata- las esgrima con la misma inclinación defensiva y encarecedora. Pero Anacarsis no se convence en absoluto por las razones de Solón, y sigue pareciéndole una total indignidad que amigos que no tienen ningún disgusto se peleen rebozados en grasa, en arena, en barro, haciéndose a veces mucho daño y luego sigan tan amigos. A mí esto me ha recordado siempre al Marqués de Bradomín, en la Sonata de estío, de Valle-Inclán, en el pasaje en que dice: "La raza sajona es la más despreciable de la tierra. Yo al ver los puñetazos pueriles y grotescos en la cubierta de la goleta, descubrí una nueva versión de la vergüenza: la vergüenza zoológica".

Que el deporte, actividad sin contenido alguno y sin más objetivo que el de la redundancia de la victoria como fin en sí mismo, haya podido transformarse en contenido principal, por no decir único, de esa mala pasión que es todo patriotismo arroja la más vidriosa sospecha sobre el patriotismo en general, incluido el solo aparentemente no lúdico; ambos, con singular indiferencia respecto de lo cruento o incruento, pertenecen al mismo pragma y tienen el mismo origen. El acreditado grupo de filólogos y antropólogos franceses sobre la cultura griega, formado en torno al gran maestro Gernet, remite dicho origen a los juegos funerarios; por ejemplo, los de las exequias de Patroclo, en la Ilíada, canto XXIII. Parece ser que a toda la subsiguiente y diversificada derivación funcional e institucional puede asignársele por clave la palabra "agón", que yo describiría como relación de competición y de controversia. Yo no he leído nada de Gernet, pero dispongo de la obra de otro miembro del grupo, Marcel Detienne, Los maestros de verdad en la Grecia arcaica, que tiene precisamente a Gernet como el autor incomparablemente más citado, con hasta 45 referencias, de las cuales transcribo aquí la que me parece más idónea y autosuficiente: "En el estudio Droit et sociéte L. Gernet escribe: 'El derecho que empieza a aparecer en escena no lo hace como una técnica especial y profesional: emana, ya como tal, de la vida de los juegos; hay continuidad entre la costumbre agonística y la costumbre judicial". Lo cual apunta al hecho de que el agón se traslada de la competición deportiva a la controversia judicial, pero al fin se conserva en cuanto oposición entre dos partes: en el estadio hay una lucha de cuerpos, en el juzgado hay una de palabras. El extraordinario hallazgo de Gernet sobre el primitivo origen del derecho conforme al esquema de "partes" del agón tiene toda la importancia histórica de un modelo de derecho procesal que pervive todavía hoy: la fórmula dual de controversia entre "acusación" y "defensa" queda perpetuada en el nombre mismo fijado en el derecho: "juicio contradictorio".

No podría haber sido más que la siempre perspicaz e hiperactiva presidenta de la Comunidad de Madrid la que agarrase al vuelo la posibilidad de explotar publicitariamente la ya de por sí desaforadamente delirante explosión de victoria entre los españoles, decidiendo hacer con ella márquetin de Estado, mediante la exposición de la Copa de Oro en la Puerta del Sol, para que todos los madrileños pudiesen adorarla como si fuese el Santísimo Sacramento. Naturalmente, no podía ser más que la auténtica de oro y no una de yeso bañada en purpurina, porque esta sería tan fraudulenta a efectos de irradiar Gracia Santificante como una hostia de cartulina blanca recortada en forma de círculo, y nuestra siempre fidedigna lideresa podría tal vez dar gato por liebre en cualesquiera baratas laicidades o profanas batallitas de una vida política en estado de creciente pequeñez, pero nunca en un rito que ella misma, desde su incontestable Fe en España, desde su congénita y profunda españolez, ha querido instituir con carismática categoría sacramental. Por último, para representar al equipo triunfador, no se ha puesto una camiseta de color rojo, que es, por así decirlo, el color titular de la selección, sino que ha preferido endosar una camiseta verde y con el número 1, lo cual está, en sentido objetivo, enteramente puesto en razón, dado que eran el color y el número de Casillas, que no solo ha sido capitán del equipo, sino también uno de los grandes "héroes" de la Selección. Pero en esto tampoco puede excluirse la motivación de una arrière pensée de nuestra siempre rápida y avispada presidenta, sugerida por el azar de que Casillas sea nativo de la provincia de Madrid, en el sentido de aprovechar el dato para dejar un poco de lado a los catalanes, demasiado numerosos en la Selección y con sus propios "héroes", y sobre todo el otro capitán, aunque en África fuera de servicio, Puyol, con su gol de cabeza viniendo desde atrás, como el tebano Pelópidas en Leuctra contra los espartanos. La publicidad que buscaba nuestra siempre omnipresente hiperpresidenta quería ser central, no, en modo alguno, periférica, y solo la que, por feliz coincidencia, se le ofrecía con el castellano Casillas podía ser, para ella, verdadera publicidad de la ya descaradamente designada como "Marca España".

La explotación publicitaria que por obra del Estado y no menos por los medios de comunicación ha tenido esta famosa Victoria de España, rematada por el obsceno culto de la Puerta del Sol, en que los adoradores de la Copa de Oro recordaban a los de la procesión del Corpus de Toledo, que más que a adorar al Santísimo -cosa que puede hacerse en cualquier parte- parecen haber ido a adorar esa secular montaña labrada en oro y pedrería que es la custodia de Arfe, no puede dejar de provocar un repeluco hacia el deporte en general como el que le hizo decir a Leon Bloi: "Creo firmemente que el deporte es el medio más seguro para producir una generación de cretinos dañinos". A veces, en efecto, tan dañinos como los nazis, acerca de los cuales José Ignacio Barbero en su excelente introducción a su propia selección de distintos autores, que titula Materiales de sociología del deporte, nos da esta información: "Hitler convirtió los Juegos Olímpicos en un asunto de vital importancia para el Estado, en una oportunidad histórica para mostrar al mundo los logros del nacional-socialismo y del Tercer Reich"; y en nota a pie de página da una cita de un manual de Kurt Münch: "Todo atleta y deportista del Tercer Reich debe servir al Estado... El deporte alemán es, en el sentido total del término, político". Todos conocen las acciones y propósitos políticos, inmensamente criminales, que a continuación se perpetraron por mano de los propios seguidores de esa doctrinaria concepción de los deportes.

En fin, el patriotismo es una mala pasión, que, con la ya más arriba mencionada indiferencia ante lo cruento o lo incruento (que me parece que al menos en el fútbol hace sólo 30 años no era así) se sustenta y perpetúa en el hecho de que la Victoria, deportiva o guerrera, sea el único o máximo instrumento de autoafirmación colectiva. La mera idea de "lo colectivo" muchos la ennoblecen, porque no es personal; lo personal suele ser arbitrariamente tachado de individualismo y egoísmo; lo colectivo, en cambio, pertenece al Nosotros. Convendría, por tanto, señalar que el Nosotros no sólo en la gramática es tan persona como el Yo, sino también, por añadidura, como se ha visto en la unanimidad del Totalitarismo, muchísimo peor persona.

Publicado en El País

sábado, 7 de agosto de 2010

Luis Buñuel, una visión de Max Aub






















Largo pie para una fotografía de LB por las calles de México
por Max Aub

Le fascina lo ilógico, que no tiene verbo, lo absurdo, que tampoco disfruta de tal; lo que sí, que tampoco se puede declinar. Sólo es o no es. No cuenta lo que se puede rechazar, rehusar, desechar, despedir, refutar, verbos regulares. Sí lo irracional, no lo arbitrario; la arbitrariedad, no lo inverosímil; la inverosimilitud, no lo imposible.

El despropósito, la enormidad, el desvarío, el delirio, (ni la locura ni el devaneo), la burrada no la necedad; la impertinencia mas no la extravagancia. Le encanta la insentatez, la incoherencia, la desconformidad, la ficción, el sueño, el esperpento, las apariciones; a veces, la patochada, el absurdo, la contradicción si es oposición, el contrasentido, las paradojas, el disparate, el desbarro. Delirar, no llevar pies ni cabeza; pero nunca hablar a tontas y a locas. Lo irracional, ante todo, por lo racional. Cierta brutalidad por lo que tiene de bestialidad. Lo irrazonable, lo disparatado ( que no son lo mismo: lo disparatado puede ser razonable ). Lo inconveniente para lo que se tiene burguesamente por ello. De allí su gusto por lo inmoral desde el ángulo de la buena educación y por la pornografía, así se llame erotismo por lo fino.

Prefiere los nombres a los verbos: ni disparar, ni desbarrar, ni desvariar, ni soñar ni delirar, sino lo sustantivo de los sustantivos: los disparates, los sueños, embutidos en la realidad más vulgar y cotidiana.

Apaga y vámonos antes de pasar al humor, la ironía, al donaire, la broma, la burla, la sátira, el sarcasmo, lo cáustico, lo mordaz, la muerte de las ilusiones. Hágase la irreverencia, la desobediencia, la rebeldía, el descaro, el desdén, el menosprecio —sin llegar a la ofensa— la profanación, la blasfemia, la irreverencia; todo sin hacer disonancia: desprecio, ofensa, profanación y blasfemia. Entre dos aguas; haciéndose el inocente, para poder defenderse en caso necesario.

Ni crédulo ni incrédulo, ni religioso ni irreligioso, ni comunista ni burgués (ni mucho menos anticomunista), ni anarquista ni totalmente en contra, ni creyente ni increyente (en la magia, por ejemplo). Escéptico sin serlo, ni ateo del todo, tal vez —no lo creo— descreído, materialista hasta cierto punto, fiel e infiel, hereje sin saber de qué, anticlerical con lagunas, irreverente, libertino, sólo en principio impío; sacrílego sólo en las formas, descatolizado hasta el punto en que puede serlo un español, que no es demasiado. Hipócrita en el buen sentido de la palabra, que lo tiene. Atrevido sin querer. Amigo del desacato a las autoridades siempre que no entrañe peligro para él. Adelantado. Bien educado. Egoísta y espléndido. Amigo de ayudar. Difícil de enfurecer, pero no enemigo de dejarse llevar por su temperamento. Amigo de los excesos, lo infrecuente; monstruo normal; nada rencoroso; cascarrabias a veces; algo quisquilloso; malicioso; amigo de retruécanos, anfibologías y ambigüedades; no le importaban los contrasentidos ni la malicia ni la corrupción —teniendo muy en menos los vicios—. No le importan las mentiras si no provienen o buscan enredos, jamás toma el rábano por las hojas, ignora los malos pensamientos porque los descubre fácilmente. Ni fresco, ni amoroso, ni suave. Terco, pertinaz, duro, casado con sus opiniones, porfiado, cabezudo, tieso que tieso pero no duro de mollera, casi irreductible, sordo, impertinente, testarudo, obcecado, pero no fanático; constante, sectario, defensor de sus amigos; empecinado pero sin manías, cumple lo que promete y sabe lo que es hacerse responsable a pesar de su afición a lo irracional. Puntual sin falta, se sale de sí si los demás no lo son.

Amigo de papar moscas, mirar las musarañas, el frío, andar, matar el tiempo, la ociosidad y el buen vino, los aperitivos dulces, las cremas, la repostería, y si de comer se habla todavía no conozco plato —si bien aderezado— al que no le entre como valiente; no tiene, en la mesa, preferencias: lo popular y lo muy preparado en cocina de altos gorros y pinches le tientan por igual. Come —comía ¡ay!— como un tudesco, un gabacho, un aragonés. Dicen: «Después de Dios, la olla»; para él tanto montan, a sus horas. Fue hombre de convites, gastrónomo de taberna y tragaldabas de restaurantes de los más nombrados. Polífago.

Parcial, con preferidos, predilectos, favoritos, debilidades por quienes tal vez no las merecían (¿quién no?), prejuicios (pero capaz fácilmente de echarlos por la borda), obstinado, intolerante, con ciertas obsesiones, de buenas costumbres, sin importarle el que dirán, parece más caviloso, por los años, de lo que es y está.
Inteligente, crítico arbitrario y por lo tanto excelente. Amigo de sus amigos, cuanto más viejos mejor, por su amor a la vida.

Respetuoso del azar. Amante de lo ilógico. Cara de verdugo; de andar ya recargado por sus años, poco dado a demostrar sus efectos, por ahí va al Supermercado, Luis Buñuel a comprar sardinas frescas, si las hay; Noilly-Prat, si se encuentra una botella. Incapaz de viajar con un paquete, feliz de que un amigo le traiga uno de Gitanes. Contradicción hecho arte.

jueves, 29 de julio de 2010

África traicionada, la inmensidad genocida



África traicionada

Cortando la hemorragia de capitales se lucharía mucho más eficazmente contra la pobreza que instituyendo los programas de ayudas que sólo son parches, puesto que no cuestionan los mecanismos que generan la pobreza.

Por Damien Millet. El Corresponsal de Medio Oriente y África

Los dirigentes de los países de África, incluso cuando han sido elegidos, en primer lugar son "protegidos" de las multinacionales y las finanzas mundiales. Así, esos países están dirigidos por personas que se alían con grandes potencias, redes mafiosas o grandes empresas estratégicas. La Francáfrica, analizada minuciosamente por François-Xavier Verschave y la asociación Survie (1), tiene buenos discípulos que se eternizan en el poder y sirven los intereses de quienes les permitieron acceder a tan altos puestos: Blaise Compaoré en Burkina Faso (verdugo de Thomas Sankara), Paul Biya en Camerún, Denis Sassou Nguesso en el Congo (verdugo de Marien Ngouabi), Eyadema Gnassingbé en Togo (2) (verdugo de Sylvanus Olympio), Omar Bongo en Gabón, Idriss Déby en Chad o Zine el-Abidine Ben Ali en Túnez.

Esta red de intereses inconfesables se refuerza con algunos recién llegados, por ejemplo François Bozizé en la República Centroafricana, Joseph Kabila en la República Democrática del Congo o Mohammed VI en Marruecos. Otros dirigentes están controlados por los Estados Unidos, como Paul Kagamé en Ruanda, Yoweri Museveni en Uganda, Olusegun Obasanjo en Nigeria o Marc Ravalomanana en Madagascar. A veces saben aparentar hábitos democráticos, pero las elecciones regulares y el multipartidismo pueden ser, perfectamente, una simple coartada.

Siempre son los intereses económicos los que arrastran a Abdoulaye Wade en Senegal, Amadou Toumani Touré en Malí, Mamadou Tandja en Níger, John Kufuor en Ghana o Thabo Mbeki en Sudáfrica. Algunos de ellos, como Mwai Kibaki en Kenya o Levy Mwanawasa en Zambia, consiguen suscitar durante algún tiempo la esperanza de un nuevo estilo.

Sólo algunas voces discordantes, que no son habituales ni mucho menos, se oyen realmente, como la de Robert Mugabe en Zimbabwe, marginado por la comunidad internacional por haber avalado la expropiación forzosa de grandes propiedades agrícolas de los blancos.

Generalmente, muchos de estos poderosos declaran que aman a África, que la apoyan, que la ayudan; está de moda. Pero no debemos fiarnos porque, en el fondo, todos traicionan a los pueblos africanos: las grandes potencias del Norte, que siempre imponen medidas que sirven a sus propios intereses geopolíticos y comerciales; las clases dirigentes africanas que siempre optan por pisotear el desarrollo de las poblaciones para aumentar su propio poder y acatar la voluntad de sus protectores. Económica, comercial, medioambiental, humana… detallamos esa traición en sus múltiples aspectos.

Las mentiras del discurso oficial

El ciudadano poco curioso que sólo tiene acceso a las informaciones superficiales de los medios de comunicación, controlados por poderosos grupos de prensa, está convencido de que la salud económica de los países del Sur está mejorando. Si creemos al Banco Mundial, la pobreza disminuye a toda velocidad. Si creemos a los gobiernos de los países industrializados, la generosidad inunda el mundo y la ayuda que se entrega a los países pobres es considerable y beneficiosa. Si creemos al FMI, el crecimiento mundial es ilimitado y los países del Sur van a exportar cada vez más productos tropicales a precios cada vez más interesantes. ¡Mentiras! Bajo esa parte emergente y sesgada, el iceberg de la deuda y la pobreza permanece de forma masiva. La traición mediática está perfectamente resumida en un artículo de Michael Holman en el muy liberal Financial Times:

«El egoísmo y la complacencia de los gobiernos occidentales, los donantes de ayuda y las almas caritativas, esconden al mismo tiempo la gravedad de la crisis y la ineficacia de las políticas que se llevan a cabo para detener el hundimiento del continente [...] ¿Qué crédito se puede conceder a los números que presenta el Banco Mundial sobre Malí, Malawi o Mozambique, ya se trate del número de aparatos de radio por 1.000 habitantes o de la tasa de alfabetización? A menudo se basan en viejas extrapolaciones que datan ¡de hace varios decenios! (…) La situación de África, estoy convencido, se sigue deteriorando, aunque las condiciones en las que trabajan los periodistas, diplomáticos y donantes, sin duda han mejorado. Los aviones son más confortables, los ordenadores y teléfonos móviles facilitan las comunicaciones, los 4x4 son más seguros y los hoteles atienden mejor nuestras necesidades. Pero estas mayores comodidades son, exactamente, un engaño. Si observamos a África desde este caparazón, efectivamente, podemos tener la impresión de que las cosas van mejor» (3).

Los gobernantes de esta África sometida y mutilada no hacen más que ejecutar las órdenes del capital internacional. Implícitamente están encargados de marcar el paso a sus pueblos para encajarlos en la globalización neoliberal que reina sin rival en el mundo desde la caída del muro de Berlín, a principios de los 90. Los presidentes elegidos democráticamente no escapan de la norma. En Malí, por ejemplo, donde la elección de Alpha Omar Konaré en 1992 y después la de Amadou Toumani Touré en 2002, se ponen como ejemplo en todo el continente, la declaración de la ex ministra de Cultura de Konaré, Aminata Traoré, no deja lugar a dudas: «Si el derecho de vigilancia y control que los miembros de las sociedades civiles africanas pretenden ejercer sobre sus dirigentes se impugna, en primer lugar, por las dos poderosas instituciones de Bretton Woods, la corrosión, en el ámbito local, se deja en manos de los gobernantes» (4).

Recompensar la corrosión

La corrupción es la recompensa de esa corrosión. Los poderosos consienten las malversaciones con ese fin. Incluso las alientan, puesto que las multinacionales establecidas en el Norte han podido beneficiarse de deducciones fiscales por las sumas repartidas bajo cuerda a los responsables extranjeros (5). La «Convención para la lucha contra la corrupción de funcionarios públicos extranjeros en las transacciones comerciales internacionales» sólo existe desde noviembre de 1997, y no entró en vigor en Francia hasta septiembre de 2000 (6). No cabe duda de que el mismo método, que se ha vuelto más discreto, todavía funciona y sigue alimentando las campañas electorales del Norte y las cuentas secretas de los paraísos fiscales.

¿Qué presidente de cualquier país industrializado ignoraba que Mobutu era un dictador corrupto? ¿Cómo se puede imaginar que el presidente del Banco Mundial o el director general del FMI ignoran que los pueblos africanos no se benefician en absoluto de las riquezas de sus países? ¿Por qué la gran mayoría de los dirigentes africanos perpetúan el sistema actual? ¿La corrupción es el factor determinante? ¿Por qué no se niegan a reembolsar la deuda externa? ¿Cómo puede aceptar un jefe de Estado digno de este nombre sacrificar hasta este punto el desarrollo humano de su país si no es, precisamente, porque consigue un beneficio?

Si lo analizamos, es obvio que la corrupción es el sistema. La deuda, la pobreza y la corrupción están imbricadas. La corrupción no sólo es un crimen cometido por unas pocas ovejas descarriadas de las que bastaría con librarse. Es inherente al sistema tal como se ha establecido, que conduce de forma natural a la acumulación de capitales por las clases dirigentes de los países del Sur y su posterior evaporación en dirección al Norte gracias a la ingeniería de los expertos financieros y los bancos privados. El dinero de la deuda es uno de los principales motores de esta burbuja financiera, discreta pero efectiva. Los dirigentes africanos reembolsan la deuda porque tienen un interés personal en que su país siga pagando. La corrupción es el aceite que engrasa el mecanismo actual de dominación para que no se detenga.

El resultado es la pobreza.


El argumento según el cual la anulación de la deuda necesariamente beneficiaría a los dictadores y corruptos existentes sólo sirve para protegerlos: la anulación, junto con medidas drásticas de redistribución de la riqueza, permitiría financiar el desarrollo sin recurrir al endeudamiento y, bajo el estricto control de las poblaciones locales, sus organizaciones y sus parlamentos, permitiría, por fin, luchar contra la corrupción eliminando su motor principal. Y cortando la hemorragia de capitales se lucharía mucho más eficazmente contra la pobreza que instituyendo los programas de ayudas que sólo son parches, puesto que no cuestionan los mecanismos que generan la pobreza.

Corrupción, la ventaja comparativa de Nigeria…

Algunas cifras y algunos ejemplos permiten entender mejor el fenómeno. Según la ONG Transparency International, en un informe publicado en julio de 2003, «sólo en el continente africano, la magnitud de la corrupción supone una sangría de 148.000 millones de dólares al año sobre el conjunto de la economía» (7). Así, un tercio de la renta media de los kenianos pasa por los gastos vinculados a la corrupción.
El caso de Nigeria es emblemático. Primer productor africano de petróleo, ha estado gobernado entre 1993 y 1998 por un dictador llamado Sani Abacha. Mientras estuvo en el poder, Abacha exigía, especialmente para las concesiones públicas, las comisiones establecidas en las cuentas de negociantes cómplices a quienes reclamaba, a continuación, pagos o compras en su favor. Poco a poco se hizo la luz. La sociedad alemana Ferrostaal es sospechosa de haber participado en el sistema organizado por Abacha, igual que la francesa Dumez, convertida en filial de la multinacional Vinci, que habría pagado alrededor de 8 millones de dólares. La multinacional estadounidense Halliburton, antiguamente dirigida por Dick Cheney (vicepresiente de George W. Bush) e involucrada en la reconstrucción de Irak en 2004, también es sospechosa de sobornos a favor de Abacha. El importe de las malversaciones de Abacha durante su paso por el poder se estima en 5.000 millones de dólares. Tras su muerte, en 1998, se llevaron a cabo investigaciones a petición de las autoridades nigerianas. En septiembre de 2000 las autoridades suizas, milagrosamente, localizaron alrededor de 700 millones de dólares pertenecientes a Abacha, que aceptaron devolver a Nigeria en varias entregas. Al mismo tiempo reconocieron «actuaciones defectuosas» en 12 bancos, entre ellos el Crédit Suisse y el Crédit Agricole Indosuez (8). Las autoridades británicas, que reconocieron que sus bancos albergan por lo menos 1.300 millones de dólares, de momento se niegan a devolver el dinero a su legítimo dueño: el pueblo nigeriano. Las sumas efectivas devueltas hasta el momento por el Reino Unido son irrisorias.

Según la Comisión nigeriana de lucha contra los delitos económicos y financieros, el dinero público desviado de Nigeria (incluidas las comisiones) (9) y colocado en el extranjero, se estima en 170.000 millones de dólares (10). Pero no debemos pensar que es una prerrogativa de la época de Abacha. Por ejemplo, la justicia nigeriana sospecha que la multinacional francesa Sagem pagó casi un millón de dólares a siete altos funcionarios nigerianos en 2001 para conseguir el contrato de suministro de los documentos de identidad no falsificables, evaluada en 214 millones de dólares.
En otros lugares los ejemplos no son muy diferentes… En el pequeño Estado de Suazilandia, donde la situación alimentaria es muy insegura, el rey Mswati III ha derrochado 1.200.000 euros en la celebración de su aniversario; adquirió el coche más caro del mundo, fabricado por DaimlerChrysler y vendido por 500.000 dólares sin contar los accesorios, y regaló un BMW a cada una de diez de sus esposas. Sólo este gasto equivale al salario diario del conjunto de la población activa (11). De Frederick Chiluba, ex sindicalista y ex presiente de Zambia perseguido por la justicia de su país por malversaciones, a Teodoro Nguema Obiang, hijo del presidente de Guinea Ecuatorial y ministro de Estado encargado de las infraestructuras y los bosques, que se ha comprado el primer Rolls Royce del país, los que están cerca del poder no dudan en aprovechar su situación para acaparar las riquezas de sus países.

Hemorragia de capitales

Se podría creer que la miseria que reina en África se puede explicar por el hecho de que no produce suficientes riquezas. No es el caso en absoluto. Las riquezas existen, pero no se quedan en el continente negro, desaparecen sin beneficiar a los africanos. Se estima que en 1999, el 70% de las fortunas privadas nigerianas estaban invertidas en el extranjero (12). Según UNECA (Comisión de las Naciones Unidas para la Economía de África, N. de T.), la fuga de capitales es equivalente al PIB del África subsahariana y está vinculada directamente con la deuda:

«Según los últimos datos, referidos a 30 países, la fuga de capitales durante los últimos 27 años (1970-1996) fue de unos 187.000 millones de dólares. La fuga acumulada de los capitales, incluyendo los intereses imputados, ascendía, a finales de 1996, a casi 274.000 millones de dólares. Angola, Camerún, Costa de Marfil, Nigeria y la República Democrática del Congo registraron las fugas de capitales más altas (…). Según los datos disponibles, por cada dólar prestado a África, casi 80 centavos se añadieron en el mismo año a los capitales evadidos, lo que nos lleva a pensar que la deuda alimenta la fuga de capitales (…) Además, dicha fuga aumenta cada año alrededor de 3 centavos por dólar, que se añaden al importe de la deuda externa. Podemos concluir que los países africanos no se beneficiarán a largo plazo de las estrategias para el alivio de la deuda si no van acompañadas de medidas dirigidas a evitar un nuevo ciclo de endeudamiento externo y la fuga de capitales» (13).

El importe total de los capitales de origen africano colocados en el extranjero es, pues, superior a la deuda externa de África, que el Banco Mundial evaluaba en 220.000 millones de dólares en 2003 (14). Eso significa, desde un punto de vista global, ¡que África es un acreedor frente al resto del mundo…! Es el colmo para el continente más pobre, pero se trata, finalmente, del resultado de la lógica del capitalismo que le ha puesto la soga al cuello…

Las fortunas privadas africanas son colosales en relación con el continente. Según el «Informe sobre la riqueza en el mundo 2004» (15) de las sociedades financieras Merrill Lynch y Cap Gemini, sobre los 7,7 millones de millonarios en dólares que se contaban en el mundo en 2003, 100.000 son potentados africanos y el importe total de sus activos financieros se estimaba en 600.000 millones de dólares. Es el triple de la deuda pública externa de África. Un impuesto excepcional sobre esa fortuna completaría perfectamente la anulación total de la deuda pública externa…
Por lo tanto el sistema, en realidad, es como sigue: por la explotación de sus compatriotas y de las riquezas naturales del continente, una pequeña minoría de africanos se enriquece y coloca su dinero en el Norte. Los economistas de todo el mundo han tenido la brillante idea de lamentar el ahorro insuficiente en el continente, que impide cualquier desarrollo financiado por la propia África. Entonces, el recurso que proponen es el endeudamiento externo, que erigen como método central de financiación para África. Por supuesto el reembolso de dicha deuda externa se convierte rápidamente en una prioridad para los acreedores, cuyos intereses son defendidos por el FMI y el Banco Mundial. Cuando un país está controlado por el FMI, entonces, los inversores extranjeros (entre ellos los africanos ricos) aceptan prestarle. Con su trabajo diario, los pueblos permiten al Estado reembolsar, participando en el enriquecimiento de los acreedores y en la aceleración del empobrecimiento sobre el terreno. En su lucha contra la pobreza, los autoproclamados expertos, con el Banco Mundial y el FMI a la cabeza, están totalmente equivocados, ya que pretenden financiar el desarrollo africano con capitales extranjeros, entre ellos los usurpados por las elites africanas y colocados en el extranjero. La única solución justa para el desarrollo de África es una auténtica redistribución de las riquezas producidas en el continente. La actual hemorragia de capitales constituye claramente una traición financiera de los africanos ricos a África.

Una bajada irregular de las cotizaciones

La traición comercial se ilustra por las injustas reglas del comercio y las ínfimas cotizaciones de las materias primas. La tendencia a la baja se acentuó por los planes de ajuste estructural que han agravado la vulnerabilidad económica, especialmente al desmantelar los sistemas de protección de la economía local y la regulación de los precios. Según el CNUCED (Centro de Coordinación de las Naciones Unidas para la integración del comercio y las cuestiones de desarrollo en los ámbitos de las finanzas, la tecnología, la inversión y el desarrollo sostenible, N. de T.):

«El libre juego de las fuerzas del mercado, asociado con la liberalización y la desregulación de los precios, se ha promovido como un mecanismo que garantizaría el reparto más eficaz de las riquezas y ganancias socioeconómicas. De esta forma se ha resquebrajado el concepto de estabilización internacional de los precios de los productos básicos» (16).

Así, entre 1997, año de la grave crisis económica del sudeste asiático, y 2001, las cotizaciones cayeron una media «del 53% en valores reales (…) Eso significa que los productos básicos perdieron más de la mitad de su poder adquisitivo en relación con los artículos manufacturados (17)». Las cifras del CNUCED permiten afirmar, por otra parte, que el África subsahariana es particularmente dependiente de los productos básicos, ya que suministran el 4,5% de las exportaciones mundiales de bienes primarios y únicamente el 0,6% de productos manufacturados. La inestabilidad de la economía se multiplica porque las cotizaciones en el mercado mundial pueden variar bruscamente:

«Para África, más que para cualquier otra región en desarrollo, la gran dependencia de los productos básicos para sus ingresos por exportación, significa que el continente permanece vulnerable a los vaivenes del mercado y las condiciones meteorológicas. La inestabilidad de los precios, debida principalmente a las bruscas variaciones de la producción y la oferta, la bajada secular de los precios reales de los productos básicos y su consecuencia lógica, la degradación de los términos de intercambio, acarrean consecuencias terribles en términos de pérdidas de beneficios, endeudamiento, inversión, pobreza y desarrollo (18)».


Los riesgos son todavía mayores con la especulación financiera que se ha desencadenado recientemente en los mercados de las materias primas: efectivamente, «en dos años, los fondos corrientes de inversión estadounidenses que se han invertido sobre las materias primas, se han multiplicado por veinte» (19).

Un «arábigo» muy negro


Tomemos el ejemplo del café, una producción muy importante en el este de África. El análisis confeccionado por Radio France Internationale (RFI) es esclarecedor sobre el abandono de los productores de café tras la liberación económica exigida por las instituciones internacionales y los dirigentes de los países más industrializados:
«Los precios del café, en este último mes de junio, están en su nivel más alto desde hace tres años, ha declarado el director ejecutivo de la Organización Internacional del Café, Nestor Osorio, en su informe mensual. Los productores podrían gritar victoria y descorchar champán si los precios no bajan. Hace tres años, efectivamente, la cotización mundial del café llegó a su nivel histórico más bajo, lo que sembró la desolación en las plantaciones de África, Asia y América latina. Desde entonces la recuperación es real, pero no es suficiente para garantizar a todos los productores una renta digna. Los únicos que obtienen buenos beneficios son los grandes tostadores, cuya parte del pastel no ha dejado de aumentar. Desde 1989 y el fin de los acuerdos internacionales que limitaban las cantidades exportables y estabilizaban los precios, la parte de los ingresos del café que revierte en los plantadores no ha dejado de disminuir en beneficio de los tostadores gigantes, Nestlé, Kraft o Sara Lee. Así, desde hace quince años, hay una transferencia de riquezas de los países productores, países del Tercer Mundo, hacia los países industrializados. Sin embargo, las medidas propuestas por la comunidad internacional para hacer frente a esta situación son mínimas. Se hacen ensayos, aquí o allá, de enseñar a los campesinos analfabetos a especular en el mercado mundial. En otras partes se les incita a abandonar el café por cultivos menos inseguros. Se acepta que no se puede hacer nada que tenga un impacto inmediato y permita una recuperación de las cotizaciones. Se ha impuesto la resignación general y los políticos han olvidado la palabra voluntad (20)».

¿Y el algodón?


Además del precio irrisorio de las materias primas, están las reglas injustas impuestas por las grandes potencias comerciales. Algunas se deben a la actuación de la OMC, creada en 1995, que extiende por todas partes donde puede políticas de desregulación económica forzosa, que consigue imponer, privando a los países en desarrollo de las herramientas para proteger sus economías (por ejemplo, las normas de estabilización de precios de ciertas materias primas). También es el resultado de decisiones unilaterales adoptadas por los países ricos que subvencionan masivamente su propia agricultura (alrededor de 300.000 millones de dólares al año) y prohiben a los países pobres hacer lo mismo. Todas esas reglas injustas, que por otra parte se han denunciado duramente en la Cumbre de Cancún (México), en septiembre de 2003, originan la catástrofe.

Veamos el ejemplo del algodón, que para más de 10 millones de personas en el oeste de África es la fuente principal de subsistencia. Cuatro países africanos que dependen de su producción (Malí, Burkina Faso, Chad y Benín), decidieron emprender una ofensiva en este sector y han denunciado ante la OMC las subvenciones de Estados Unidos y la Unión Europea a sus productores.

El algodón africano es más barato de producir que el algodón de Estados Unidos. A priori, se podría pensar que el algodón africano se impone en el mercado mundial liberalizado y que el sector del algodón estadounidense sufre… Pero los casi 4.000 millones de dólares de subvención anual que proporciona el gobierno estadounidense a sus productores (sin contar las subvenciones europeas a los plantadores españoles y griegos, del orden de los 1.000 millones de dólares) mantienen los precios del algodón artificialmente bajos y el algodón africano, de alta calidad, se tiene que malvender... En 2002, Brasil presentó una denuncia contra Estados Unidos ante el órgano de regulación de las diferencias (ORD), una especie de tribunal de la OMC. El 18 de junio de 2004 el ORD consideró ilegales las subvenciones estadounidenses para el algodón y Estados Unidos volvió a perder su apelación en 2005. Hay un alto riesgo de que la solución se negocie entre Brasil y Estados Unidos sin que los países africanos puedan influir, porque sólo son los terceros participantes en el marco de la denuncia. Según el CNUCED,

«La pérdida de cuotas de mercado del algodón y el azúcar se debe en gran medida a las subvenciones y el apoyo interno concedidos a los productores, menos competitivos, de Estados Unidos y Europa. Estados Unidos es el primer exportador mundial de algodón debido a las grandes subvenciones, que llegaron a 3.900 millones de dólares en 2001-2002, es decir, una cantidad que duplicaba la de 1990 y supera en 1.000 millones de dólares el valor de la producción total de algodón de Estados Unidos para la campaña, teniendo en cuenta los precios mundiales. Sin embargo, según las estimaciones del Comité consultivo internacional del algodón (CCIC), el coste de producción de una libra de algodón en Burkina Faso es de 0,21 dólares frente a 0,73 dólares en Estados Unidos. De lo que se deduce que los precios en el mercado podrían ser un 70% más altos si no existiera el apoyo público a la industria del algodón en 2001-2002 (…) El Banco Mundial estima que en 2002 el precio del algodón en el mercado mundial habría subido más del 25% sin las ayudas directas concedidas por Estados Unidos a sus productores nacionales. Por otra parte, numerosas estimaciones indican que en 2002 las subvenciones de Estados Unidos y la Unión Europea a sus productores de algodón originaron un déficit de ingresos de unos de 300 millones de dólares para África en su conjunto, es decir, más que el reembolso total de la deuda (230 millones de dólares) de nueve países exportadores de algodón muy endeudados del oeste y centro de África, aprobado ese mismo año por el Banco Mundial y el FMI» (21).

El algodón de los 25.000 grandes plantadores estadounidenses, por lo tanto, se subvenciona más del 100%, mientras los países africanos productores del oro blanco se hunden en la miseria…

Mercados inaccesibles

También en su informe de 2003 sobre «el desarrollo económico de África», CNUCED plantea el problema del acceso de los productores africanos a los mercados del Norte. Señala que el sistema establecido favorece la exportación por el Sur de productos brutos, sin elaborar, privándolos de esta forma de la mayor parte del valor añadido. También en este caso las reglas favorecen a las grandes empresas comerciales del Norte:

«El acceso a los mercados sigue siendo difícil (…) En lo que se refiere al cacao, los derechos de aduana inciden en los productos brutos, intermedios y (finales) que son, respectivamente, el 0,5%, 9,7% y 30,6% en la UE, y el 0%, 0,2% y 15,3% en Estados Unidos (...) El precio que paga finalmente el consumidor está ‘desconectado’ del pago que recibe el productor debido la magnitud de los márgenes de beneficios de los intermediarios en las etapas superiores de la cadena de valor. Mientras los productores africanos vieron como disminuían sus ingresos, las empresas y negociantes situados en los eslabones superiores de la cadena de valor acumulaban grandes beneficios. Según la Organización internacional del café (COI), por ejemplo, a principios de los años 90, los ingresos de los países productores de café estaban entre 10.000 y 12.000 millones de dólares, mientras que el valor de las ventas al por menor suponía en torno a los 30.000 millones de dólares. Actualmente, este valor es de 70.000 millones de dólares, de los que los productores no reciben más que 5.500 millones (…) Un estudio de la cadena de valor del mercado del café revela que, desde 1985, los agentes económicos situados en los países importadores acaparan una parte creciente de los ingresos totales de la cadena (…) El reparto asimétrico del poder en dicha cadena de valor explica la desigualdad del reparto de los beneficios (22)».

El carácter sistémico del problema, entonces, está identificado:

«En lo que concierne a los países africanos, para los que las exportaciones de productos básicos representan mucho más del 70% de sus ingresos en divisas, el problema se convierte, esencialmente, en un problema de desarrollo (…) La persistencia de los problemas creados por la dependencia de los productos básicos a lo largo de los tres últimos decenios, demuestra que los mercados no son capaces de resolver dichos problemas y que no se puede contar con su capacidad. También se podría señalar que la limitada ayuda de la comunidad internacional a los sistemas tradicionales de mantenimiento y estabilización de los precios tiene mucho que ver con este fracaso. Por lo tanto ya es hora de que la comunidad internacional se dedique claramente al problema de los productos básicos en todos los aspectos, explorando metódicamente todos los medios susceptibles de ponerse en marcha para resolverlos» (23).

Por ejemplo, cuestionando la prohibición de cualquier forma de proteccionismo y rechazando el método de la desregulación forzosa de la OMC…
Desde esta óptica, hay que desconfiar de las exigencias de apertura de los mercados del Norte a los productos del Sur, que finalmente no hacen más que exigir todavía más desregulación para la economía mundial. La cumbre de la OMC de Cancún, en septiembre de 2003, fracasó porque los países emergentes (Brasil, India, China, Sudáfrica, etc.), agrupados en el famoso G20, exigían para sus productos una apertura comercial que no consiguieron. ¡Pero esa reivindicación del G20 va en el sentido de una mayor liberalización! Al contrario, exigir la posibilidad, para los países del Sur, de proteger a sus productores, especialmente para permitirles aprovisionar el mercado nacional, así como el mercado regional en el marco de acuerdos económicos regionales (24), desencadenaría un proceso inverso que permitiría salir del atolladero actual. Es esencial valorar las complementaciones posibles entre los países del continente por una parte y entre ellos y las otras regiones del mundo por otro lado. ¿Por qué no pensar en precios preferentes para los países vecinos sobre determinados productos y tarifas más elevadas para las grandes potencias?

OGM: garantías oficiales manipulables…

Otro ángulo de ataque de las multinacionales del Norte se refiere a los organismos modificados genéticamente (OGM) (25). Desde hace varios años, el sector de las biotecnologías intenta promocionar sus productos en el continente africano. Son conocidos los colosales objetivos de los OGM, que permiten a la sociedad que los posee vender todos los años a los campesinos, en exclusiva, las semillas de las plantas, así como los pesticidas y herbicidas químicos que requieren. Entonces la planta se convierte en una esponja de productos químicos nocivos y el campesino no tiene derecho a replantar semillas procedentes de la cosecha anterior, sólo la sociedad que tiene las patentes de los OGM en cuestión puede suministrarlos. Los agricultores y consumidores no son favorables a este procedimiento, que a unos los somete a la rapacidad de las multinacionales y expone la salud de otros a riesgos poco estudiados. Pero los beneficios previstos por el sector de las biotecnologías, con la multinacional estadounidense Monsanto a la cabeza, son tan grandes, que intentan introducirlos en todas las regiones donde pueden.

Los OGM, una vez plantados, pueden extenderse por decenas de kilómetros alrededor y contaminar las plantas sanas impidiendo, por ejemplo, toda la agricultura biológica de los alrededores. Un auténtico reguero de pólvora… En 2004, la soja, el maíz y el algodón fueron las plantas más afectadas por las manipulaciones genéticas y países como Estados Unidos, Canadá Argentina, China (y en menor medida Brasil y Sudáfrica) se han convertido en grandes productores. La Unión Europea se resiste, pero no tardará en ceder. En África se lleva a cabo la misma ofensiva.

En 2002, tras un período de hambruna en el sur de África, Estados Unidos propuso, a través del programa mundial de alimentos (PAM) una ayuda a seis países en forma de maíz modificado genéticamente. Deliberadamente escogió un momento en el que dichos países estaban en una posición de debilidad para atacar con fuerza. Swazilanda, Lesotho y Malawi aceptaron; Mozambique y Zimbabwe pidieron el maíz en forma de harina, por lo que es imposible plantarlo. Sólo un país tuvo la valentía de negase en redondo: Zambia. Su presidente, Levy Mwanawasa, declaró: «preferimos morir de hambre que consumir cualquier cosa tóxica» (26). ¡Su negativa supuso que consiguió maíz sin manipular! Detrás del argumento de la salud también estaba la intención del presidente de seguir presente en el mercado europeo, en el que existe una moratoria sobre los OGM. Este año, Benín también ha adoptado una moratoria de 5 años. Durante ese tiempo Monsanto se permitirá financiar a los juristas africanos para que elaboren leyes favorables a los OGM… Todos preparan sus armas para la batalla que se avecina.

En abril de 2004 Sudán, a su vez, rechazó la ayuda alimentaria de Estados Unidos debido a la presencia de OGM, y Angola puso como condición que los cereales se molieran antes de su entrada, provocando la cólera de los responsables del PAM. Al mes siguiente, Zambia reiteró su rechazo arguyendo que los promotores de los OGM deberían demostrar su inocuidad, lo que no han hecho. Pero Nigeria ha aceptado lanzarse en un proyecto biotecnológico con la ayuda de un préstamos de 2.100 millones de dólares de Estados Unidos (27).

Estados Unidos está lanzado en su ofensiva con un nuevo aliado en el continente africano: Burkina Faso (28). Desde 2003, Monsanto y la firma suiza Syngenta llevan a cabo experimentos de algodón transgénico en el país gobernado por Blaise Compaoré. En junio de 2004, Estados Unidos organizó en Uagadugú una «Conferencia ministerial interafricana sobre explotación, ciencia y tecnología para aumentar la productividad agrícola en África», en la que reunió a quince países del oeste de África para convencerlos. Aunque se mostraron prudentes, los jefes de Estado de Malí, Ghana y Nigeria se declararon favorables a los OGM. A pesar de la resuelta oposición de los movimientos sociales, el ministro de Agricultura burkinés, Salif Diallo, declaró: «Si tenemos que comer los OGM y morir dentro de 20 años, así será (29). Plantear así la elección entre el hambre y los OGM es una inmoralidad: se puede luchar contra el hambre eliminando las desigualdades de repartición de la producción y aumentando la productividad de África sin tragar con las biotecnologías. El punto fundamental está en la soberanía alimentaria y, al contrario, los OGM anuncian una nueva dependencia del oeste de África, ya que los agricultores no pueden utilizar libremente las semillas de un año para otro y acaban, de hecho, totalmente sometidos a la firma que se las vende.

El instrumento para obtener esa dependencia suplementaria está listo. Según el subsecretario de Estado de EEUU encargado de la agricultura en el extranjero, Hohn Penn (que estaba presente en Uagadugú), «cualquier rechazo de productos derivados de la biotecnología es una violación de las reglas de la OMC (30)». Así se ve mucho mejor la necesidad de incapacitar a la OMC…

Emigrar para huir de la miseria

Por otra parte, el horror económico que ha padecido África desde los años 80, constituye, para las poblaciones del Sur, una profunda incitación a la huida: por necesidad y por la supervivencia de familias enteras. La prueba de la motivación económica de las emigraciones está dada por una cifra del Banco Mundial: las sumas enviadas todos los años por los emigrantes africanos a sus países de origen. En 2003 se elevaron a 4.100 millones de dólares, una suma colosal para todos esos trabajadores que economizan pacientemente cada céntimo. Y esa suma sólo incluye los envíos oficiales a través de empresas de transferencias de fondos, se calcula que las transferencias informales son más altas. Según el Banco Mundial en abril de 2004, todas esas transferencias de los emigrantes se han convertido «en una fuente principal de financiación externa del desarrollo para muchos países en desarrollo» (31). Al contrario de la ayuda pública al desarrollo, (APD) que incluye además los salarios de los cooperantes del Norte y los viajes y misiones de expertos, esta suma llega íntegramente a su destino (después de restar los gastos de transferencias cobrados por organismos como Western Union, de más o menos el 20% del total para pequeñas sumas y alrededor del 8% para importes del orden de 400 euros).

Lejos de favorecer la libertad de circulación e instalación de dichos emigrantes que juegan un papel esencial en las economías de los países del Sur, los países del Norte, en primer lugar los de la Unión Europea, establecen políticas de inmigración a la vez restrictivas (controles en las fronteras, represión) y utilitarias. En efecto, parece conveniente escoger a los extranjeros «buenos»: sistemáticamente se favorece que vengan al Norte los médicos, ingenieros e informáticos, aceptando incluso financiar una parte de sus estudios superiores si es necesario (que entonces se contabiliza como ayuda pública al desarrollo, como en Francia, Alemania, Austria y Canadá), pero se rechaza firmemente a aquellos que sólo pueden ofrecer sus brazos y su angustia. Así, de los 600 médicos formados en Zambia desde la independencia, en 1964, sólo 50 ejercen en el país. En ese sentido, hay más médicos de Malawi ejerciendo en la ciudad inglesa de Manchester que en el propio Malawi (32). Solo los mejores del Sur tienen derecho a huir.

En 2004, la UNESCO publicó un informe sobre la fuga de cerebros de África:

«Por una parte, los países en desarrollo, cada vez con menos recursos, forman personal cualificado que va a trabajar a los países desarrollados, y por otro lado, los diplomados nacionales que se quedan en el país se enfrentan al paro mientras los proyectos financiados por los socios del desarrollo reclutan para dichos proyectos, y a precios muy altos, ¡a los expatriados! Como ejemplo, podemos recordar la situación descrita por el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD) en Burkina Faso, donde trabajan 800 expertos internacionales mientras un elevado número de diplomados nacionales está en el paro» (33).

Desde 1992, los acuerdos de cooperación incluyen cláusulas de control de las migraciones por los propios países del Sur, así como su participación en la gestión de los flujos migratorios, el reforzamiento de controles de las fronteras o el derecho de readmisión en sus territorios de los ciudadanos de dicho país procedentes de Europa. Una de las puertas de salida de África hacia Europa es Libia. Desde el viraje pro occidental del coronel Khadafi, Italia empujó a Europa a levantar el embargo sobre las armas con destino a Libia, que ha obtenido en octubre de 2004, con el fin de colaborar en el terreno militar (34). Italia, Alemania y Gran Bretaña enseguida expresaron el deseo de crear en Libia campos que servirán, sin duda, para seleccionar a los africanos candidatos al exilio y para bloquear a un gran número de ellos antes de que puedan cruzar el Mediterráneo. Por su parte, también en 2004, Libia aceptó controlar rigurosamente sus fronteras y proceder a la devolución de los emigrantes del África subsahariana a sus países de origen. Se fletan aviones con destino al África subsahariana y ya han repatriado a unos 40.000 clandestinos en pocos meses (35). Así, ahora Europa delega el trabajo de guardia en los países africanos. La ayuda y la deuda autorizan cualquier deriva. La deuda, por la hemorragia de capitales que impulsa, constituye el principal obstáculo para la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales y explica, por lo tanto, los flujos migratorios de «refugiados del hambre» de los países en desarrollo hacia los países más industrializados.

Con el fin de remediar estas profundas disfunciones, las Naciones Unidas han redactado una «Convención para la protección de los derechos de todos los trabajadores emigrantes y los miembros de sus familias» (36), que entró en vigor el 1 de julio de 2003 y en abril de 2005 fue ratificada por 28 países. Pero entre los 28 países que se han comprometido en la protección de los emigrantes, no aparece ninguno de los más industrializados (37).

Traición financiera de los africanos ricos que desvían sumas considerables y las llevan lejos del continente; traición comercial de las grandes potencias que manipulan los precios de las materias primas e imponen, a través de la OMC, una desregulación forzosa; traición medioambiental a un Sur convertido en vertedero e insertado en el centro de la batalla de los OGM, vigorosamente promovidos por las multinacionales del agro negocio; traición humana por el destino previsto para los emigrantes que intentan, justamente, huir de la miseria. La lista es muy larga. Esta traición multiforme a los pueblos africanos es la responsable absoluta de la situación actual del continente negro. Es imprescindible incapacitar a los responsables.


Notas:

(1) www.survie-france.org
(2) Durante la mascarada electoral de junio de 2003, Jacques Chirac felicitó a Eyadema por su reelección, incluso antes de la proclamación oficial de los resultados…
(3) Citado por Jeune Afrique/L’Intelligent, 1 de febrero de 2004.
(4) Traoré Aminata, Le Viol de l’imaginaire, Actes Sud/Fayard, 2002.
(5) Abramovici Pierre, «Les jeux dispendieux de la corruption mondiale», Le Monde diplomatique, noviembre 2000.
(6) OECDE
(7) Citado por Libération el 4 de julio de 2003.
(8) Le Monde, 6 de septiembre de 2000.
(9) Comisiones que revierten en el país donde la sociedad que paga la comisión tiene su sede.
(10) Libération, 3 de agosto de 2004.
(11) Jeune Afrique/L’Intelligent, 17 de abril de 2005.
(12) Jeune Afrique/L’Intelligent, 25 de julio de 2004.
(13) UNECA, «Informe económico sobre África 2003». Ver también: Boyce James K., Ndikumana Léonce, «Is Africa a Net Creditor?: New Estimates of Capital Flight from Severely Indebted Sub-Saharan African Countries, 1970-1996», Working Papers from Political Economy Research Institute, University of Massachusetts, 2000, www.umass.edu
(14) Banco Mundial, «Global Development Finance 2004».
(15) www.ml.com
(16) CNUCED, «El desarrollo económico en África. Resultados comerciales y dependencia desde el punto de vista de los productos básicos, 2003».
(17) CNUCED, op. cit.
(18) CNUCED, op. cit.
(19) Cifras del banco Barclays de Londres citadas por RFI, 12 de enero de 2005.
(20) RFI, «Crónica de las materias primas», 19 de julio de 2004.
(21) CNUCED, op. cit.
(22) CNUCED, op. cit.
(23) CNUCED, op. cit.
(24) Como la Unión económica y monetaria del oeste africano (UEMOA), la Comunidad económica y monetaria de África central (CEMAC), la Comunidad de desarrollo del norte de África (SADC), etc.
(25) Ver www.infogm.org
(26) Libération, 22 de agosto de 2002.
(27) www.ictsd.org
(28) www.ictsd.org
(29) Informe AFP, «Conferencia sobre los OGM en Uagadugú: el gobierno estadounidense ‘satisfecho’», 24 de junio de 2004, www.agripress.be
(30) Informe AFP, ibid.
(31) Banco Mundial, «Global Development Finance 2004».
(32) Le Gri-gri international, 9 de diciembre de 2004.
(33) UNESCO, La fuga de cerebros del África francófona. Situación de las zonas, problemas y estudio de las soluciones, 2004.
(34) RFI, 12 de octubre de 2004, www.rfi.fr
(35) Jeune Afrique/L’Intelligent, 24 de octubre de 2004.
(36) www.unhchr.ch
(37) www.december18.net
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La fuente: Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM). La traducción del francés pertenece a Caty R. para Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística.