miércoles, 27 de junio de 2007

Leonard Cohen - Tower of song








Una vez, en una suite del madrileño hotel Palace, Leonard Cohen me dijo:


"La grandeza de una rockola, de un jukebox de bar de carretera, es que por una moneda puedes tener acceso a la gran biblioteca de la música del mundo, a una selección aceptable de la necesaria música popular del mundo en un espacio y un tiempo determinado"

RAFAEL RODRÍGUEZ RAPÚN ¡Qué sabe nadie!















Federico García Lorca paseando con Rafael Rodríguez Rapún




De Andrea Blanqué sobre Federico García Lorca y Rafael Rodríguez Rapún:

Al fin, el amor

Esta tendencia crecería con el devenir de los años, cuando a partir de 1933 dio comienzo, por fin, a una relación plena y henchida de gratificaciones con el secretario de La Barraca, un muchacho matemático y estudiante de ingeniería llamado Rafael Rodríguez Rapún.

Rapún no sólo fue su pareja estable sino también su amigo inseparable. Compartían cada instante del día y de la noche. En las giras de La Barraca por los pueblos de España se hospedaban en la misma habitación, y cuando Pirandello lo invitó a Italia a un festival de teatro, el poeta preguntó si en lugar de llevar a su esposa –como se estilaba– podía llevar a su secretario. Finalmente el viaje no se produjo, pero la relación entre Lorca y Rapún asumió estatuto público más allá de los confines de La Barraca. En los tres últimos años de la vida del poeta, ambos recorrían juntos el Madrid nocturno, la vida de los cafés, de las charlas, de las conferencias, comidas y recitales de aquella bullente capital de la preguerra.

Para quitar todo sesgo platónico a la relación, basta leer los impresionantes Sonetos del amor oscuro, que siguen de algún modo la tradición de los inquietantes sonetos de Shakespeare. Esta colección –que algunos llaman simplemente Sonetos– no fue publicada en vida del poeta, y su edición se hizo esperar largamente. Se sabe que están inspirados en Rapún, aunque en la composición de estos poemas de amor el poeta haya sido cuidadoso, trabajando la ambigüedad de las palabras para que ningún adjetivo o participio se delatara en masculino, y descartando el esperable y "normalizador" femenino de la lengua española.

A casi diez años de la deshumanizada composición "Oda a Salvador Dalí", que el joven Lorca había compuesto deslumbrado por la estética y la personalidad de su amigo pintor, este Lorca hipersensible de los Sonetos permite a su voz explayarse, en primera persona y sin vergüenza alguna, acerca de su propia pasión: "Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,/ tigre y paloma sobre tu cintura, en duelo de mordiscos y azucenas./ Llena, pues, de palabras mi locura/ o déjame vivir en mi serena/ noche del alma para siempre oscura."

Llega la muerte

Cuando Rafael Rodríguez Rapún se enteró de que Federico había sido ejecutado en su propia tierra natal de Granada, se enroló en el Ejército Republicano, alcanzando pronto el grado de teniente. Murió en combate exactamente un año después que García Lorca –el 18 de agosto de 1937– en el hospital de Santander, por las heridas recibidas bajo la ráfaga de una metralla de los aviones enemigos, de la que no intentó guarecerse, como sí hicieron sus compañeros.

Sólo tenía veinticinco años.


Todo lo anterior es una hipótesis demasiado perfecta, demasiado romántica, demasiado sentimental. Pero, al no aportarse dato alguno que la apoye, el relato se queda en simple hipótesis (o fantástico cuento de amor).

NICOLÁS SALMERÓN ALONSO Dejó el poder por no firmar una sentencia de muerte.


Nicolás Salmerón Alonso
1837-1908 Catedrático de Metafísica y político español, que ocupó en 1873, durante mes y medio, la presidencia de la República española.

Nació en Alhama la Seca (Almería), el 10 de abril de 1837 –en 1932, inicios de la Segunda República, se cambió en su honor incluso el nombre del pueblo: Alhama de Salmerón–. Su padre era médico, y su hermano mayor el jurista y político español Francisco Salmerón (1822-1878).

Estudió el bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza de Almería (fundado en 1845, perteneció Salmerón a la primera promoción del Instituto que hoy lleva su nombre). En Granada cursó Derecho y Filosofía y Letras, siendo condiscípulo de Francisco Giner de los Ríos. En Madrid sufrió la influencia del krausismo a través de Julián Sanz del Río, que fue profesor suyo.

En 1858 era profesor de Filosofía en el Instituto San lsidro de Madrid, y al año siguiente fue designado profesor auxiliar de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central. En 1863 ganó por oposición la cátedra de Historia Universal de la Universidad de Oviedo, a la que renunció, obteniendo el 13 de julio de 1869 la cátedra de Metafísica de la universidad madrileña.

Sus artículos en los periódicos La Discusión y La Democracia le dieron renombre, y en 1867 fue detenido por sus actividades revolucionarias dentro del Partido Demócrata, junto a Pi y Margall, Figueras y Orense, sufriendo cinco meses de cárcel. Durante el sexenio democrático (1868-1874) fue uno de los adalides del republicanismo (a pesar de las discrepancias doctrinales que tenía con el federalismo de Pi y Margall). Diputado por Badajoz en 1871, cuando las ocupaciones políticas se lo impedían era sustituido en la cátedra de Metafísica por Urbano González Serrano, su discípulo más cercano.

Al proclamarse en 1873 la República se le nombró Ministro de Gracia y Justicia con Estanislao Figueras. Intentó reformar el sistema judicial y establecer una legislación laica. Sucedió a Francisco Pi y Margall en la presidencia de la República, que desempeñó del 18 de julio al 7 de septiembre de 1873. Por entonces se generalizaron las sublevaciones cantonalistas (Málaga, Sevilla, Cádiz, Cartagena...), que combatió con energía, viéndose obligado a pactar con los militares antifederalistas y finalmente a dimitir, cuando no llevaba todavía dos meses en la presidencia, para no seguir cediendo a las exigencias de los conservadores: en su monumento funerario se recuerda que dimitió por no firmar unas sentencias de muerte, dictadas para restablecer la disciplina del ejército.

Durante su presidencia su hermano Francisco ocupó la presidencia de las Cortes. El 9 de septiembre fue elegido presidente del Congreso y, desde ese puesto, inició una dura campaña contra Emilio Castelar, que le sucedió como presidente de la República, y del que se había enemistado a raíz de la provisión que éste había hecho de las sedes vacantes en numerosos obispados. Por este enconado enfrentamiento, en la noche del 3 de enero de 1874 se negó a dar un voto de confianza al gobierno de Emilio Castelar, por lo que triunfó el golpe de estado del general Pavía, y Salmerón se desprestigió como político al precipitar el final de la República.

Vuelto a la cátedra en 1874, contamos con un curioso testimonio de entonces del Salmerón profesor (por el que, además, Salmerón habría sido el responsable del fructífero encuentro que se produjo en Valladolid entre Marcelino Menéndez Pelayo y Gumersindo Laverde). Escribe Menéndez Pelayo a su amigo Antonio Rubio en 30 de mayo de 1874, sin haber cumplido los dieciocho años (EMP 1-104):

«Hoy, mi queridísimo Antonio, estoy lleno de temores y sobresaltos. Figúrate que el Sr. D. Nicolás Salmerón y Alonso, ex-presidente del Poder Ejecutivo de la ex-República Española y catedrático de Metafisica en esta Universidad, entra el día pasado en su cátedra y después de limpiarse el sudor, meter la cabeza entre las manos y dar un fuerte resoplido, pronuncia las siguientes palabras, que textualmente transcribo, sin comentarios ni aclaraciones:

'Yo (el ser que soy, el ser racional finito) tengo con Vds. relaciones interiores y relaciones exteriores. Bajo el aspecto de las interiores relaciones, nos unimos bajo la superior unidad de la ciencia, yo soy maestro y Vds. son discípulos. Si pasamos á las relaciones exteriores, la Sociedad exige de Vds. una prueba; yo he de ser examinador, Vds. examinandos. Tengo que hacerles a Vds. dos advertencias, oficial la una, la otra oficiosa. Comencemos por la segunda. Como amigo, debo advertirles a Vds. que es inútil que se presenten a exámen, porque estoy determinado a no aprobar a nadie, que haya cursado conmigo menos de dos años. No basta un curso, ni tampoco veinte para aprender la Metafísica. Todavía no han llegado Vds. a tocar los umbrales del templo de la ciencia. Sin embargo, por si hay alguno que ose presentarse a examen, debo advertirle oficialmente que el examen consistirá en lo siguiente: 1º Desarrollo del interior contenido de una capital cuestión en la Metafísica dada y puesta, cuestión que Vds. podrán elegir libremente. 2º Preguntas sobre la Lógica subjetiva. 3º Exposición del concepto, plan, método y relaciones de una particular ciencia filosófica, dentro y debajo de la total unidad de la Una y Toda Ciencia'.

Como nos quedaríamos todos al oír semejantes anuncios, puedes figurártelo, considerando que Salmerón no nos ha enseñado una palabra de Metafísica, ni de Lógica subjetiva, ni mucho menos de ninguna particular ciencia (como él dice), pues en todo el año no ha hecho otra cosa que exponernos la recóndita verdad de que la Metafísica es algo y algo que a la Ciencia toca y pertenece, añadiendo otras cosas tan admirables y nuevas como esta, sobre el conocer, el pensar, el conocimiento que (palabras textuales) 'es un todo de esencial y substantiva composición de dos todos en uno, quedando ambos en su propia sustantividad, o más claro, el medio en que lo subjetivo y lo objetivo comulgan' y explicando en estos términos la conciencia, como medio y fuente de conocimiento.

'Yo me sé de mí (¡horrible solecismo!) como lo uno y todo que yo soy, en la total unidad e integridad de mi ser, antes y sobre toda última, individual, concreta determinación en estado, dentro y debajo de los límites que condicionan a la humanidad en el tiempo y en el espacio'. En tales cosas ha invertido el curso y ahora quiere exigirnos lo que ni nos enseñó ni nosotros hemos podido aprender. Esto te dará muestra de lo que son los Krausistas, de cuyas manos quiera Dios que te veas siempre libre. Por lo tanto he determinado examinarme aquí de Estudios críticos sobre Aut. Griegos e Historia de España, y después al paso que voy a Santander, me detengo en Valladolid y me examino allí de Metafísica, librándome así de las garras de Salmerón.»


El mismo día explica a sus padres sus propósitos de no examinarse con Salmerón y de hacerlo en Valladolid, de paso hacia Santander (EMP 1-106): «Tú no comprenderás algunas de estas cosas, porque no conoces a Salmerón ni sabes que el krausismo es una especie de masonería en la que los unos se protegen a los otros, y el que una vez entra, tarde o nunca sale. No creas que esto son tonterías ni extravagancias; esto es cosa sabida por todo el mundo.»

Tras el golpe militar (del general Martínez Campos, en Sagunto, 29 diciembre 1874) que liquidó la República y proclamó la restauración borbónica, Salmerón, como otros profesores, fue desposeído de su cátedra (Real Orden de 17 de junio de 1875, revocada en 1881), exiliándose en París, donde colaboró estrechamente con Manuel Ruiz Zorrilla y participó en la fundación del Partido Republicano progresista.

En 1876 escribió Nicolás Salmerón el Prólogo a una de las dos ediciones que se publicaron ese año en español del libro de Juan Guillermo Draper, Historia de los conflictos entre la religión y la ciencia (en traducción directa del inglés por Augusto T. de Arcimís). Ese prólogo apareció también publicado en la Revista de España (julio-agosto de 1876), y fue contestado por Menéndez Pelayo en el contexto de la «polémica» sobre la ciencia española que estaba organizando Gumersindo Laverde.

Regresó a España en 1884, al ser amnistiado y haber ya recuperado su cátedra. Elegido diputado en 1886 por el Partido Progresista, se convirtió en el adalid de la minoría republicana en el congreso. En 1887 fundó el Partido Centralista. Fue cofundador del diario La Justicia y jefe de la Unión Republicana desde 1890, siendo elegido diputado en todas las legislaturas desde 1893 a 1907. Apoyaba las aspiraciones nacionalistas catalanas en cuanto fueran compatibles con las republicanas y al fundarse en 1906 la Solidaridad Catalana, es elegido presidente de la misma, con lo que provoca la escisión dentro del movimiento republicano del sector españolista de Alejandro Lerroux. Falleció en Pau (Francia), donde se encontraba de vacaciones, el 20 de septiembre de 1908. Sus restos fueron trasladados a Madrid e inhumados en el cementerio civil del Este en 1915.

Como filósofo se distinguió por sus ideas racionalistas y sus obras se hallan recopiladas en cuatro volúmenes publicados en 1911. Se fue apartando de la obediencia krausista a medida que le fue influyendo el positivismo, del que se hizo adepto. Fue conocido por su oratoria grandilocuente, de un mismo tono y diapasón, sin altos ni bajos, con escasos matices que le hicieron acreedor por sus contemporáneos que su verbo era mayestático.


Elena Poniatowska


La Mar de Músicas organiza un taller de observación astronómica con la escritora Elena Poniatowska

La autora ganó ayer El Premio Internacional Rómulo Gallegos por su novela “El tren pasa primero”

La actividad, enfocada a jóvenes lectores, se ha bautizado como LA PALABRA TELESCÓPICA . El hilo conductor de este mini-taller de observación astronómica y literatura es la novela de Elena Poniatowska, “La Piel del Cielo”.

Según la autora mexicana, se trata de un libro que nos acerca a los desafíos más inalcanzables: las estrellas y el amor. Los participantes podrán charlar en exclusiva con la autora en una carpa instalada en la plaza del Ayuntamiento, el 19 de julio, y por la noche, acudir a una observación nocturna.



El plazo de inscripción estará abierto hasta el próximo 13 de julio, en el Centro de Recursos Juveniles (Paseo Alfonso XIII) al precio de 6 euros. Esa cantidad da derecho a recibir la novela, a compartir con la escritora el taller y la firma de ejemplares y el desplazamiento en autobús hasta el Campo de Cartagena.

Una vez en la Venta Moya, la Asociación Astronómica facilitará el material para ver las estrellas; incluso adelanta en un plano fotográfico cómo estará el cielo esa noche del 19 de julio. Todos los inscritos en este mini-taller participarán en el sorteo de un telescopio, contestando un cuestionario en la web www.cartagena.es/juventud o en el Centro de Recursos Juveniles.



La autora invitada, ELENA PONIATOWSKA, visitará Cartagena del 16 al 20 de julio para participar en el ciclo literario LA MAR DE LETRAS (Casa Pedreño).

Aunque nació en París, vive en México desde 1942. Es periodista y escritora, comprometida con las causas más justas. En las últimas elecciones mexicanas hizo campaña a favor del candidato del Partido de la Revolución Democrática, López Obrador, y ha trabajado a favor de los indígenas.

Entre sus novelas destaca “La Piel del Cielo” (Premio Alfaguara 2001) en la que cuenta la fascinante historia de un hombre de enorme talento destinado a desentrañar los misterios de la astronomía.

A pesar de su éxito como científico, para el protagonista el mayor reto de su búsqueda es la cara más oculta de las personas; la que esconde las pasiones y los sentimientos.

En su última novela, “El tren pasa primero” (2006), Poniatowska rescata la figura de un sindicalista del ferrocarril que consiguió colapsar México durante un histórico paro nacional en 1959.

La escritora ha escrito libros de entrevistas, ensayos y sobre distintos. Su obra ha sido traducida a una decena de idiomas. Ayer le fue otorgado el Premio Internacional Rómulo Gallegos por su novela “El tren pasa primero”.

JORGE PARDO Y ELBOLA: DOS SEÑORES DE MADRID


Esta noche, en el madrileño Club Clamores, el saxofonista Jorge Pardo "Chiquito de las Ventas" y el guitarrista Agustín Carbonell "El Bola" presentan su disco "Desvaríos", editado por RTVE/Música.



EL BOLA: "Queremos ser libres como una sonrisa que viaja de boca en boca"<


CARMEN AMAYA: UNA SEÑORA DE BARCELONA


CARMEN AMAYA

Me lo dijo el maestro Sabicas en Nueva York:

"Iba volando en avión, con Carmen Amaya, a un homenaje al presidente de los EE.UU, a ese Eisenjagüer o uno de esos,
de la Casa Blanca.


El avión, porque había tormenta o yo sé qué, se puso bocabajo.

Yo no he visto unas mujeres tan malas... esas azafatas.

Querían atarme con un cinturón al asiento:
¡Y si esto se cae, yo cómo me escapo!

¡Y ellas cómo si nada!
¡Yo no he visto unas mujeres tan malas en toda mi vida!"


EL POLLITO DE CALIFORNIA




EL POLLITO.
John McLane, California 1947?
¿Amigo de Woody Guthrie?: ¡Sí!
Lo
mío
es
el
flamenco
degenerativo