sábado, 16 de julio de 2011

Rubén Blades, ministro rumbero













Festival de Jazz de Vitoria- Gasteiz, viernes 15 de julio

El ministro ha vuelto al barrio, al del parque y la banca (la de sentarse, mi hermano) donde jugó de niño en su Panamá natal. En el solar del globo estamos de fiesta. ¡Y qué globo, camará! Va por el mundo Rubén Blades este verano con el orquestón compatriota de Roberto Delgado. Y así la vaina va: cabalgando el rumbón a lomos de un huracán con los trombones del paraíso, haciéndonos  “saber que los tambores son del barrio los pulmones”. Y lleva Rubén, mientras en su canto colisionan Génesis y  Apocalipsis, “el tumbao que tienen los guapos al guarachar”. No se le despeina el argumento: “Necesitamos desplazar a los mediocres y a los corruptos”.  Con tarta y velita, encima de un escenario que era pelotazo de fuego espiritual, celebró el rumbero sus 63 cumpleaños. A golpe de historiones que han visualizado la calle ardiendo al son de América, Rubén Blades cambió el paradigma de la salsa. Con los fogones salseros Rubén ha hecho “lo que la primavera hace con los cerezos”, poniendo las calles en el laberinto de esquinas de una sola raza. Un pensamiento que va alumbrando toda la avenida, una obra siempre en construcción. Las maracas conscientes de Rubén, cantautor de cantautores, son a la salsa lo que la guitarra eléctrica de Dylan a las autopistas del rock. A la fiesta de Vitoria se sumó el superconguero Giovanni Hidalgo, que le dio a las tumbadoras hasta con los codos y con una locura que minutos antes habíamos visto en libertad vigilada por la mirada metronómica de Michel Camilo.  Donde Rubén Blades llega se acabó la canción del final del mundo. Hagan pandilla, esto se mueve. Se puede: muévete.

viernes, 15 de julio de 2011

José James y Jamie Cullum, el terror de las chicas





Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz, jueves 14 de julio

Los chicos están bien. Nuevos “crooners”  para una vieja ceremonia: jazz para jugar a las damas. Locas se vuelven con José James y Jamie Cullum. Prueba del algodón: el reventón de personal  en Mendizorroza. Y se da el caso de que todos los integrismos que en el jazz han sido, desde los tiempos de Al Jolson o Nat King Cole, se han puesto muy de los nervios con los románticos cantores de jazz. Cuanto más encandilan a las señoras, más se mosquean los “jazz-head” de turno. A José y a Jamie les importa un suspiro que los caballeros las prefieran rubias o de color café. Ellos salen a escena y las señoras se ponen como motos. José James, a su manera de hombre tranquilo, tiene un aquel de Johnny Hartman del hip-hop. Y Jamie Cullum no se priva de nada, ni de pintarla en plan polvorilla,  ni de tocar el piano con  (literalmente) el culo. Ellos gustan y habrá otras razones, pero  la música es quien dirige sus encantos. James va de “cool”. Y Jamie va de… Cullum. Me divertí con los dos. James, obsesivo y molón, dando la brasa contra la brutalidad policial o cantando “Moanin”. Y Jamie, aullando “Come Together” o gimoteado “Gran Torino”, canta, corre, salta… Todo muy a lo “swinging mod”. Se mola que da gusto, pero se lo curra con sincero estajanovismo.  Mendizorroza boca abajo. No hay toallas en toda Vitoria para secar lo que sudaron las nenas. 





jueves, 14 de julio de 2011

Kyle Eastwood y Nigel Kennedy, de película



Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz, miércoles 13 de julio

Antes de soltar la primera nota de cine, mientras levanta el contrabajo del suelo, Kyle Eastwood, el niño de Clint, dispara su sonrisa y una mirada cómplice hacia un tipo  despreocupado que silba “La muerte tenía un precio”. Ese tipo se llama Pablo Sanz. Por un puñado de pelis, magnífico, guapo y seductor,  Kyle te mata en las baladas. Y su pianista Andrew McCormack, un peligro de ternura. Y con el británico Nigel Kennedy llegó el cinemascope de arte y ensayo. Con la boca abierta me quedé. Y con los ojos como platos. Divo hasta el tuetanillo, Nigel casi me hace llorar con el violín de palo. Este caballero del pelo loco y la camiseta hooligan, que bebe infusiones y cerveza en escena, despliega una intensidad sobrecogedora. Mientras me crecía el pasmo ante tanta belleza, descubrí que los  espectadores más conmocionados  eran fans septuagenarios.  Y ese violín eléctrico (ventas millonarias de discos en el mundo de la clásica), ¡qué exquisitez tan salvaje! El fenómeno de los prodigios con Vivaldi volviéndose majara con Hendrix y las czardas de Monti. También descubrí, gracias a las camisetas de Nigel y su quinteto de jazz, que Aston Villa es un equipo de fútbol, aunque – algunos mitos de mi juventud los tengo muy confusos – a mí me sonaba también a aquel bólido de lujo que pilotaba Bond, James Bond. Nigel Kennedy , un peliculón corriendo la banda.







miércoles, 6 de julio de 2011

Enrique Morente, sobre la nevada












Empieza el llanto
de la guitarra.
Se rompen las copas
de la madrugada.
Empieza el llanto
de la guitarra.
Es inútil callarla.
Es imposible
callarla.
Llora monótona
como llora el agua,
como llora el viento
sobre la nevada.
Es imposible
callarla.

Poema de la guitarra. Federico García Lorca


No se me va de la cabeza la imagen y la voz de Estrella Morente cantándole a su padre muerto, con su hermana Soleá postrada de rodillas ante el féretro, con la madre Aurora agarrada a la caja, con la abuela echando adelante los brazos y toda el alma para socorrerlas. No puedo encontrar otro momento en que la televisión haya recogido el flamenco con tanta veracidad, con esa carga de profundidad sobre el ser humano. Pocas músicas están tan comprometidas con el dolor humano como le ocurre al flamenco. Pero el flamenco, que al otro lado tiene el júbilo de la fiesta, es tantas emociones como pueda tener la vida, donde cabe  ese  infinito imposible que es la muerte.

Así como esa imagen de la última despedida a Enrique me martillea, me vienen a la cabeza muchas otras imágenes y sensaciones de conciertos suyos en los que he sentido lo más conmovedor que se pueda sentir viendo y escuchando a un artista. También me vienen conversaciones con Enrique, que era un gran conversador, que avanzaba las palabras sin miedo a llegar, como las mareas suben o se retiran, o como un nadador queriendo llegar a los medios, sin aspavientos y glorioso. En esas conversaciones de mañana, tarde, noche y madrugada –es decir, casi siempre-, Enrique se revelaba todo un filósofo, como un hombre  amante de las paradojas, que se desdecía de lo dicho para reafirmarlo. Flotaba ese pensamiento suyo tan liberador: “Nunca seré esclavo de mi propia palabra”. No le temía a ponerse en cuestión a sí mismo. Pero era firme en sus acciones,  con la duda siempre en el pensamiento: “¿Nos estaremos equivocando?” No le importaba enfrentar el desastre, lo que fuera antes que la banalidad. La voz de Enrique, siempre infinita, incluso cuando no cantaba.

Me pierdo en un recuerdo para bien. Hace ya no sé cuantos años fui con José Manuel Gamboa a Granada para hacer una entrevista a Morente. Debía ser el inicio de unas pláticas que habrían de dar vida a un libro. Luego eso se malogró como tantas otras cosas que se quedan por ahí, cortando pelos en aire. Pero el viaje tenía también otro motivo raro para mí: íbamos a casa de Enrique para tratar de apaciguar los ánimos entre dos personas enfrentadas por un problema grave, tan grave que podía intervenir la justicia con sus ropones y condenas. La historia se solucionó, no viene al caso entrar en ella, pero en aquel momento nos tenía acongojados. Fuimos a casa de Enrique pensando quizá que  su sola presencia bastaría para curarnos. En esa reunión Morente apenas dijo nada. La escena se me dibuja ahora como un cuadro un poco monstruoso a lo Francis Bacon, todos como bultos embutidos en una emoción paralizante. Y en esas manchas tan llenas de energía informe distingo la mirada de Enrique, y la mía también. Los dos estábamos sentados a los extremos del mismo sofá. Las miradas perdidas en dirección al fondo y a la izquierda del salón, donde estaba el piano. Más que esta pintura de Bacon, yo temía que fuéramos a encontrarnos dentro de ese otro cuadro de Goya, “Duelo a garrotazos”, con los dos españoles enterrados hasta las rodillas y blandiendo el palo de  la sinrazón. Pero ocurrió que ya en el sitio de la verdad, las cabezas estaban gachas. Los ojos velados por la vergüenza. Fuera como fuere, hubo arreglo por las buenas. Y a los muchos títulos con los que a lo largo de los años he adornado a Enrique Morente –es posible haya asistido a más de un centenar de conciertos suyos– en los papeles, añadiría el de Enrique el Sereno.

Acabada la reunión del lío, salimos de la casa de Enrique ya bien entrada la noche. Estaba nevando en Granada. Bajamos serpenteando por el Albaicín. Todavía duraba la perturbación. Buscando el alivio del aire frío, bajo la nevada, este periodista, con su grabadora en el bolsillo, bajaba por el Albaicín como pollo sin cabeza. Llegamos a uno de esos sitios para noctámbulos donde le gustaba parar a Enrique, pedimos copas, encendimos la grabadora y comenzó la entrevista. Todo iba bien, pero la tensión persistía. No es fácil limpiar el espíritu de algunos ruidos del sistema nervioso. En el fragor de las muchas cosas interesantes que decía Enrique, la presión aflojaba. Y no sé porqué –quizá desde   la última torre lo sepa Miguel Candela–, pero se me ocurrió preguntar sobre la afición de quedarse hasta las tantas jugando al ajedrez.

“Me va muy bien el ajedrez por la noche –enhebró Morente–. Cada uno lleva el carro a su manera.  Yo, la verdad, tengo ganas de jugar una partida al ajedrez fresco, sin humos, sin bocinazos... Eso debe ser…”.

Enrique jugaba sin reloj. “Soy un jugador, de segunda, no, de quinta. Pero me gusta el ajedrez porque se mete uno tan dentro del juego que se olvida de todo lo demás. Es un juego que te permite aislarte totalmente del resto del mundo y te hace olvidar todo a cambio de nada.”

Y siguió: “Es muy cruel al mismo tiempo este juego. Cuando pierdo, me acuerdo de la letra esa que dice: “Pérdidas que aguardan ganancias, son caudales redoblaos. Estoy tan hecho a perder que cuando gano me enfao”. Esa letra me ha enseñado muchísimo. Procuro tomarme el ajedrez de una forma desenfada, aunque no me gusta perder nunca. Me gusta ganar, perder me sienta fatal. He jugado mucho en Sevilla con Isidro Sanlúcar, que estaba cuidándome por todos los lados, pero jugaba  al ajedrez conmigo porque sabía lo muchísimo que me gusta. Yo le decía ‘Isidro, por favor, no me vayas a ganar esta noche que mañana no me van a salir bien las alegrías. Haz el favor de jugar hoy con un poquillo más de cuidao’. Y él me contestaba: ‘Oye, Enrique, no jugamos, ¿eh?’. Y no jugábamos.”

Esta reflexión nos limpió. Y tan a gusto estábamos, con Enrique volviendo a decir que lo único que sabía cantar era flamenco. Y un señor amigo suyo, un espontáneo de la parroquia noctámbula, terció que Enrique cantaba maravillosamente a Sinatra. Y seguimos hablando y hablando y hablando. Y pasó lo que pasa, lo que pasaba con Enrique, que los sitios tienen que cerrar porque los cantineros tienen que marcharse a dormir en algún momento. A punto estaban de darnos las claras del día, de que viniera el sereno, de que resucitara uno de aquellos gallegos del chuzo, el trajín de llaves y la gorra de plato. La nevada seguía cayendo. Y salimos a la amanecida de Granada. Seguimos serpenteando, conversando y conversando, andando y andando, nevando y nevando. Morente era un caminador portentoso. Esa sensación interior de la nieve cayendo, esa la placidez del Albaicín con los copos de agua helada bailando entre las palabras, toda aquella experiencia fue algo mágico, uno de los momentos más gratos que recuerdo, una suerte de disolución en la gloria de la conversación. Sucedió gracias a Enrique Morente. Me hace mucho bien volver a ese sitio.

Un sereno se dormía
en la cruz blanca del barrio
un sereno se dormía
y la cruz le daba voces,
sereno, que viene el día.

Publicado en "Libro de Morente". Boronia. Especial Flamenco Volumen II, Junio 2011

domingo, 3 de julio de 2011

Así está el patio: Respuesta de un eurodiputado inglés sobre el nombramiento de Mario Draghi como presidente del BCE












Es absolutamente vergonzoso que hayan aprobado el nombramiento de Mario Draghi como presidente del BCE...
Marta Sánchez Salvá | Para Kaos en la Red | 2-7-2011 a las 11:49 | 958 lecturas | 4 comentarios


TRADUCCIÓN:
  E-mail enviado al eurodiputado inglés Nigel Farage por Marta Sánchez Salvà:
Sr./Sra. diputado/a:
Es absolutamente vergonzoso que hayan aprobado el nombramiento de Mario Draghi como presidente del BCE.
Es indignante que un ex directivo de Goldman Sachs pueda presidir una entidad pública.
Es incomprensible que el Parlamento Europeo lo haya permitido.
  Por medio de la presente le envío mi absoluto rechazo al nombramiento de Mario Draghi.
Sinceramente,
Marta Sánchez.
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Respuesta (de su secretario Andrew S. Reed, quien me informa que lleva 6 años encargándose de la correspondencia del eurodiputado y puede hablar por él):
Querida Marta Sanchez:
Gracias por escribir a Nigel Farage sobre el nombramiento de Mario Draghi, ex directivo de Goldman Sachs, como presidente del “Banco Central Europeo”.
Tus observaciones son muy bienvenidas porque implican el reconocimiento de la “puerta giratoria”, la que existe entre las grandes corporaciones y entidades políticas, y que está destruyendo la democracia en todo el mundo.
En ninguna parte es tan evidente como en la “Unión Europea”, donde la democracia ha sido prácticamente abolida por una administración central autocrática y la complicidad de sus gobiernos miembros, y donde la “puerta giratoria” opera constantemente entre el sector político y el comercial.
En realidad es posible decir que los que gobiernan realmente la UE son las corporaciones  más grandes del mundo, junto al Council on Foreign Relations (CFR) de Nueva York y sus organizaciones aliadas en todo el mundo. Sólo se puede acabar con el dominio completo que el CFR y sus alidados poseen en materia de política mundial devolviendo el poder soberano y nacional al electorado.
Con respecto a la conformidad del llamado “parlamento” europeo con el nombramiento del señor Draghi, he de decir que la razón de ser del “Parlamento Europeo” es dar la impresión falsa de responsabilidad democrática, cuando en realidad   la toma de decisiones en la UE es llevada a cabo en secreto y de manera autocrática. De este modo, el “Parlamento Europeo” sirve como uno de los principales departamentos de quejas y de propaganda de la UE.
¡De ahí la farsa de elelegir 27 delegaciones nacionales – como si aglomerándolas en una sola cámara fuera equivalente a la elección de esa cámara! 
Naturalmente no puede ser así porque cada delegación nacional es elegida según diferentes criterios e informaciones. Por esta razón, estos criterios e informaciones son particularmente susceptibles de influencias indebidas por parte de agencias, gobiernos y organizaciones de la UE, los medios de comunicación parciales a la UE,   todos ellos respaldados por corporaciones globales y sus organizaciones a las que he referido anteriormente.
Este “parlamento” es la encarnación de la idea falsa según la cual una democracia políglota puede existir, y demuestra que la verdadera lógica de la UE no es “Unidad en la Diversidad” (el lema elegido), sino “divide y vencerás” (el viejo método imperial). 
De todos modos, el “parlamento” no es más que un asamblea consultiva ya que solamente puede actuar, y sólo de cierta manera, con proposiciones legislativas procedentes de la Comisión Europea, y aprobadas por la misma (vea Art.   294(9) TFEU).
La Comisión Europea no es elegida en absoluto, sino formada por los candidatos nominados por los gobiernos de la UE, a los que, naturalmente, el “parlamento” asiente con la cabeza.
El nombramiento del señor Draghi ha sido aceptado, exactamente de la misma manera, por los fanáticos y ambiciosos que llenan el “parlamento”, y quienes son el producto de las elecciones indebidamente influenciadas y fraudulentas que he mencionado anteriormente.
Sinceramente,
Andrew S. Reed
Oficina de Nigel Farage, Bruselas
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ORIGINAL (ENGLISH) VERSION:
E-mail to Nigel Farage (Member of the European Parliament):
Mr. / Ms. Deputy:

The backing of Mario Draghi's appointment as the President of the ECB is absolutely shameful.
It is outrageous that a former chairman of Goldman Sachs can become the head of a public entity.
It is incomprehensible that the European Parliament allowed this.

I hereby send my absolute disapproval of Mario Draghi's appointment.

Sincerely,
Marta Sánchez.
Reply:
Dear Marta Sanchez
Thank you for writing to Nigel Farage about the appointment of Mario Draghi, a former Chairman of Goldman Sachs, to the presidency of the "European Central Bank". 
Your remarks are very welcome, because they imply recognition of the "revolving-door", which exists between great corporations and political entities, and whi...ch is destroying democracy all around the world.
This is nowhere more apparent than in the "European Union", where democracy has already been virtually abolished by an autocratic central administration and  the collusion of its  member-governments, and where the "revolving-door" operates constantly between the political and commercial sectors.
It is possible to say, indeed, that the real rulers of the EU  are the world's greatest corporations, as combined  in the "Council on Foreign Relations" (CFR) of New York, and  its allied  organisations around the world.  Only  the return of powers  to sovereign, national electorates can break the stranglehold the CFR, and its allies,  now have on global policy.
Regarding the acquiescence, in Mr Draghi's appointment, of the EU's so-called "parliament", I have to say that the purpose of the existence of the "European Parliament" is to give a false impression of democratic accountability, to the EU's secretive and autocratic decision-making process, and, thereby,  to act as  one of the EU's  principal complaints-departments  and propaganda-agencies.
Hence the charade of electing 27 national delegations - as though agglomerating them in a single chamber were tantamount to electing that chamber! 
It cannot be so, of course, because each national delegation is elected according to different criteria and different information, which criteria and information are, for this reason, peculiarly susceptible to undue influence from EU-agencies, EU-governments, EU-funded organisations and EU-biased media, backed up by the global corporations, and their organisations, which  I have referred to.
This "parliament" is the embodiment of the falsehood that polyglot democracy can exist and demonstrates that the true rationale of the EU is not "Unity in Diversity" (its chosen motto) but "divide and rule" (the time-honoured, imperial method)
The "parliament" is anyway  no more than  a consultative assembly, because it can act only on legislative proposals from the EU-Commission, and only in ways, which the EU-Commission approves (see Art. 294(9) TFEU)
The EU-Commission is not elected at all, but formed of the nominees of EU-governments, who are nodded through, as a matter of course,  by the "parliament".
Mr Draghi's appointment has been nodded through, in exactly the same way, by the EU-careerists and -fanatics, who pack the "parliament", and who are the product of the fraudulent and unduly-influenced elections, which I have mentioned.
Yours sincerely
Andrew S. Reed
Office of Nigel Farage, Brussels

viernes, 1 de julio de 2011

El ojo de Centelles, la mierda de perder la guerra













Busqué la foto de Centelles y la encontré. 

Y aquí el comentario de Qim Monzó hoy en La Vanguardia:


 "Hace cosa de dos años se inauguró en Barcelona una

exposición de fotografías de Agustí Centelles, tomadas tras

la Guerra Civil, en el campo de concentración de Bram,

cerca de Carcasona, en Francia. 

Como tantos otros campos, el de Bram se creó en 1939, 

cuando, huyendo del franquismo, los republicanos 

cruzaron la frontera. En sus barracas se hacinaban 

entre treinta mil y cuarenta mil hombres. 

Las fotografías de Centelles son impresionantes,

pero las que encogen el corazón son unas en las que se ve

a los confinados defecando en barreños. En una situación

trágica y miserable como aquella, los confinados vendían

su mierda a los labriegos de la zona, que la utilizaban

como abono para sus campos. Treinta o cuarenta mil

hombres cagando cada día dan para bastante. Es muy

impactante ver a hombres en cuclillas, con los pantalones

bajados y el culo al aire, y luego andando por los caminos,

cargando cada barreño entre dos para ir a vender ¡sus

propias heces! Contemplando esas fotos, qué ridícula, qué

banal, me pareció de golpe esa frase que se oye a

menudo: “Si la mierda fuese oro, los pobres nacerían sin

culo”. Al contrario: nacen con culo para humillarlos aun

más".