Se suceden los discos, los acontecimientos en el mundo. No cambia la actitud de Ricke Lee Jones. La californiana de Chicago permanece aferrada a si misma. Hace casi un año la veíamos en plan mosquetero, dando órdenes a diestro siniestro, mientras largaba las canciones de “My Evenning Of My Best Day”, gritándole “hombre feo” al presidente Bush y a su expresidente padre. La otra noche, en La Riviera, se mezclaron las visiones de las palmeras de la sala con las del huerto de “Gethsemane”. Rickie Lee Jones lleva a escena lo que la cabeza y el corazón han decidido plasmar en su obra inmediata. No hay sentimientos ni vivencias a toro pasado.
Ese disco, en el presente caso “The Sermon On Exposition Boulevard”, es un diario íntimo que se abre de par en par. Ni siquiera está premeditado el orden de las canciones. Vemos a los músicos lanzarse tras lo que a Rickie le va saliendo de sus Jones. Esa voz amable y vagabunda, de eterna adolescente soñadora, se inserta en un tejido musical tan personal como vanguardista. Los músicos cortan pelos en el aire. Que la jefa va hacer esto pero la guitarra no le funciona bien, y hace esto otro… pues allá vamos. Música aparentemente sencilla pero con una pléyade de detalles que construyen las atmósferas, matizan la poesía. El guitarrista Peter Atanasoff se encarga de que todo vaya pespunteado y bien recosido.
“The Sermon On Exposition Boulevard” ha encontrado su inspiración en la palabra de Jesucristo. Un apuesta arriesgada en un artista aconfesional que quiere dar su versión de la espiritualidad por fuera de lo que las religiones dicen. Hay atrevimiento y coherencia con tan peculiar más allá. Lo fabula en “Elvis Cadillac”, donde Janis Joplin pasea por el cielo montada en el cadillac de Elvis Presley. Una experiencia de cautivadora intensidad, de irreductible carácter. La madura dama de la canción de autor pone en la primera línea del combate por ser ella misma “Nobody Knows My Name”. O no hizo bises o los hizo antes de que nadie los pidiera, sentada al piano cola con canciones del álbum “Pirates”. Rickie manda, manda bien y mucho.
Lugar: sala La Riviera, Madrid. 18 Mayo de 2007
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