miércoles, 22 de septiembre de 2010
Lou Reed, el motín del Mosca
Fecha: 20 junio 1980
Lugar: Estadio Román Valero - Madrid
Artista: Lou Reed
1980, en el ámbito del rock, prosigue la batalla de Madrid. El concierto de Lou Reed en el lado salvaje del barrio de Usera ha entrado en los anales de la insurrección popular con orquesta de baile: El Motín del Mosca. Ya era Alcalde de la ciudad Tierno Galván, pero Suárez acababa de nombrar flamante Ministro del Interior al gasterinópodo falangistón Juán José Rosón. Todo era tenso en aquellos madriles premovida. Y en el malvisto mundillo del rock para qué contar. Pues contemos. Por aquel entonces, la imagen del Lou Reed terminal, yonki, travelo, demacrado o directamente muerto, ya era historia. Vino a presentar su disco “Growing up in public” con un cuerpazo de mazas reconstituido, rebosante de salud.
La cosa empezó mal: nos tuvieron dos horas esperando porque el artista estaba retenido en el atasco provocado por una manifestación de transportistas. Para amenizar la espera, los gorilas de la organización masacraron en público a unos cuantos miembros de la brigada del “cuele”. Salió por fin el bueno de Lou con cara de mosqueo. Llevaba tocados Mr. Wild Side veinte minutos de gloria cuando... un minúsculo objeto no identificado le rozó la cara. Fin de la música. Otras dos horas esperando, mientras la organización prometía la vuelta de Lou si éramos buenos y permanecíamos sentados. El personal cumplió dócilmente, pero al percatarse de que los “pipas” estaban desmontando el equipo, estalló la ira popular. Las vallas municipales fueron usadas como escalerillas para tomar el escenario. Los antaño temidos gorilas huyeron con el rabo entre las piernas. Ante el saqueo de micros, amplificadores y demás material, el técnico de sonido decidió meter “ruido rosa” a todo el volúmen que daba el equipo. Esto le costó al aturdidor caballero ser apeado de su atalaya a lo bestia, mientras se prendía fuego a la mesa de mezclas. Una vez quedó todo destruído, el público salió alegremente, alardeando del botín conquistado, con altavoces y cables al hombro. Jamás habíamos disfrutado tanto.
José Manuel Costa escribió en El País (01-07-80): "Las reacciones que los sucesos de Lou Reed provocaron en la generalidad de los medios de comunicación, que, amarrados a un determinado concepto del buen sentido, crearon un ambiente apocalíptico que, en algunos casos, tan paradójicos como Mundo Obrero, denunciaban la inconveniencia de organizar conciertos en barrios obreros como Usera, Carabanchel o Villaverde, dado que estos lugares son muy peligrosos".
Así fue. Estuve allí. Dos imágenes: La reacción -inmediata- de los cuerpos de huida ante el ruido blanco, pero instantanea pues en seguida nos repusimos (vease como acabó el de la mesa). Algunos furtivos en las esquinas de la noche de Usera con artefactos de sonido entre los brazos sorteando maderos que iban y venían por las calles... ...fue una movida. Pero siempre, Lou Reed.
ResponderEliminarYo era muy joven (diez años), pero mis hermanos estuvieron en ese concierto y, lógicamente, participaron en el destrozo. Y, claro, lo contaban. Fue de esas cosas con las que creces, como parte de tu bagaje personal, en plan "¿Dónde estabas tú cuando...?", junto con el 23F o la primera vez que pusieron a Alaska y Pegamoides en Radio 3.
ResponderEliminarUn relato de primera mano de lo sucedido:
ResponderEliminarhttp://www.navegar-es-preciso.com/news/el-lado-oscuro-de-lou-reed/