Todo resulta tan natural en esta naturaleza para nada muerta.
El perrito tenía hambre. Y sed. La niña con el palito, vestida de hada, atenta. Los hombres a lo suyo, trabajando. El carnero ya nada tiene que decir. Pero dará mucho que hablar, en la sobremesa. Con cánticos y bailes. Fiesta del Cordero. Montaña del Rif, Marruecos, noviembre 2009.
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