¿Bajo qué fatal estrella tengo que haber nacido, dijo la niña de Rajoy, para que me resulte imposible concebir un solo sentimiento de virtud que no sea inmediatamente seguido por un diluvio de males, y cómo es posible que esta ilustre providencia, cuya justicia me gozo en adorar, al castigarme por mis virtudes, me haya ofrecido al mismo tiempo la visión de quienes me aplastaban con sus vicios en la cúspide?
Gana el psoe....
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